¿Vientos de guerra en Corea del Norte?

Es tal el cambio de actitud que ha mostrado Estados Unidos que hasta China, principal socio comercial norcoreano con el 80% de las importaciones, ha apoyado la iniciativa del presidente Trump contra Pionyang

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Nota escrita con colaboración de Sebastián Mari

Luego de las palabras amenazantes del presidente de los Estados Unidos Donald Trump y de su vice Mike Pence sobre Corea del Norte, salió en los medios que el país asiático podría utilizar un ataque preventivo muy poderoso para amedrentar a Estados Unidos.

Las preguntas que debemos formularnos son: ¿Trump y su par coreano tienen marcha atrás o sólo van para adelante? ¿Estamos al borde de una guerra o únicamente son ladridos y muestras de poder?

El bombardeo de Estados Unidos a Siria ha dejado en claro un cambio radical en la política militar de este país respecto a los conflictos en el mundo. Está listo y dispuesto a utilizar su poderío militar de manera directa.

La sola movilización de su flota a la región fue otra muestra de poder y decisión de involucrarse. Durante décadas, Pionyang, capital norcoreana, ha desafiado al mundo y se ha aislado política y económicamente. Pocos países en el planeta se encuentran más cerrados que Corea del Norte. Los diferentes líderes de esta joven nación han deteriorado el nivel de vida de sus 25 millones de habitantes, que contrasta dramáticamente la libertad y la prosperidad que ofrece su vecino del sur.

Corea del Norte, aliada de China y periódicamente de Rusia, siempre ha sido una amenaza militar para Corea del Sur, país alineado con Estados Unidos y Occidente. A lo largo de su corta historia, ha dedicado todos sus esfuerzos a la carrera armamentista; logró en 2006 convertirse en el noveno país con capacidad de desarrollar un arma nuclear.

El actual líder norcoreano Kim Jong-un está siguiendo los pasos de su padre, Kim Jong-il, amenazando a Corea del Sur, Japón y Estados Unidos con una inminente escalada bélica que puede terminar con una guerra entre potencias nucleares. Hoy Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán y Corea del Norte poseen arsenal nuclear. Se sospecha que también lo tiene Israel.

Donald Trump intenta transmitir a su par norcoreano que el Estados Unidos "indiferente del montón" dejó de existir el pasado 20 de enero y hoy la Casa Blanca no va a permanecer con los brazos cruzados. Ya lo hemos visto con la intervención de este país en Siria y con el uso de "la madre de todas las bombas" en Afganistán para eliminar a ciertos miembros del grupo terrorista ISIS.

Es tal el cambio de actitud que ha mostrado Estados Unidos que hasta China, principal socio comercial norcoreano con el 80% de las importaciones, ha apoyado la iniciativa del presidente Trump contra Pionyang.

Un presidente norteamericano que hasta hace muy poco se mostraba hostil contra su par chino Xi Jinping, actualmente une fuerzas contra Kim-Jong-un. A cambio, Trump ha prometido a Pekín más comercio entre ambas potencias mundiales. Xi Jinping, durante la visita de Estado a Estados Unidos a inicios de abril, guiñó el ojo a Trump, quien ofreció fomentar el intercambio comercial a cambio de que China endureciera su postura contra Corea del Norte.

Trump se define como un negociador nato y tal vez logre poner fin a más de 50 años de amenaza norcoreana de una manera jamás utilizada por ningún presidente republicano o demócrata anterior a él: fortaleciendo los lazos con China.

Hoy la amenaza de un conflicto bélico en la península coreana está muy presente si consideramos los hechos de los últimos días. Por un lado, Kim Jong-un confirmó que seguirá probando sus armas al menos una vez por semana y Trump respondió enviando tres portaviones a la región. China y Rusia también enviaron buques espías para supervisar la escalada militar.

Pero tal vez todo esto sea tan sólo un juego de guerra para ponerle freno al líder norcoreano, que ha incrementado sus amenazas hasta un punto de quiebre.

Hay que tener cuidado, este juego es muy peligroso. Nadie ha podido en décadas detener la escalada de Corea del Norte. ¿Aceptará límites su líder o estamos camino a una guerra?

Todo pareciera indicar que ninguno de los contendientes está acostumbrado ni preparado para ceder un ápice.

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