Mejorar la educación a través de la tecnología

Sebastián Fischer

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Las nuevas tecnologías constituyen una herramienta fundamental para avanzar en la mejora de los procesos educativos. Tal es así que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han ganado terreno y en la actualidad tienen una influencia cada vez mayor en la forma de comunicarse, el aprendizaje y la vida.

Argentina no escapa a ese fenómeno mundial; por el contrario, cada vez son más las instituciones, las escuelas y las entidades educativas que buscan fortalecer la relación entre la educación tradicional y las nuevas tecnologías de información.

Recientemente, un estudio realizado por licenciados en Tecnología Educativa de la Universidad de Catamarca demostró que, en el aprendizaje de un tema determinado de física, los alumnos de la escuela preuniversitaria Fray M. Esquiú, que usaron un software y trabajaron con netbooks, lograron en un 22% mejores resultados que aquellos que lo hicieron de manera tradicional.

El desafío consiste en utilizar eficazmente ese cambio pedagógico que pretende potenciar el uso de las nuevas tecnologías para lograr un beneficio en el modo de aprendizaje de los más pequeños. El objetivo es mejorar, no sólo el acceso a información, sino también la aptitud para manejar nuevas formas y procesos.

La clave para que las tecnologías generen beneficios tangibles en la educación es que se entienda que es un proceso que debemos abarcar de manera holística. La escuela debe ser el nodo, los maestros, los facilitadores y los alumnos, los satélites. Todo esto tiene que funcionar interconectado y la tecnología debe estar presente tanto en la infraestructura de la escuela como en el equipamiento de docentes y alumnos, incluyendo softwares específicos, incorporando un nuevo esquema de trabajo donde sea un aprendizaje que tenga a la tecnología como motor y no solamente como un posible recurso.

En este sentido, un aspecto a considerar es que en Argentina la mayoría de los chicos y adolescentes se conectan internet a través del celular, utilizan las redes sociales para intercambiar mensajes con amigos y en un 80% de los casos usan la red para hacer tareas escolares, según se desprende de un estudio publicado en el año 2016 por Unicef.

Estoy convencido de que el desafío es utilizar eficazmente estas tecnologías para que estén al servicio de los intereses del conjunto de los estudiantes y de toda la comunidad educativa.

Tal cual considera la Unesco, las TIC ayudan a lograr el acceso universal a la educación y mejoran la igualdad y la calidad; contribuyen al desarrollo profesional de los docentes y a la mejora de la gestión, siempre y cuando se apliquen las políticas, las tecnologías y las capacidades adecuadas.

Por eso, las empresas del sector especializadas en educación tenemos que intensificar nuestro trabajo en el desarrollo de recursos que puedan ayudar a los países de la región en la eficacia de sus políticas, sus estrategias y sus actividades educativas. Asimismo, hay que asegurarse de que estas estrategias tengan en cuenta los desafíos que generan, la brecha digital y las necesidades de los más desfavorecidos.

 

El autor es Global Sales Director de Positivo BGH.

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