Este viernes 20 de enero se llevará a cabo la asunción de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, que sucederá a Barack Obama. Mucho se ha hablado y se habla actualmente sobre lo que pueda pasar con esta Presidencia en uno de los países más importantes del mundo, dado que ha sido el mismo Donald Trump quien prometió a sus votantes poner en marcha de manera inmediata una agenda transformadora que hará "cambios reales" para el país.
De esta forma, el mundo se encuentra expectante de lo que pueda pasar y los mercados financieros, justamente, no serán la excepción. Si bien Wall Street ha sorprendido a muchos con un avance del 8% desde que se conociera el triunfo de Donald Trump como nuevo Presidente electo de Estados Unidos, este comportamiento no ha sido sorpresa para nuestros lectores, ya que habíamos advertido desde esta misma columna, días posteriores al triunfo, en la nota que dimos a llamar "Qué sigue en Wall Street tras el triunfo de Donald Trump", sobre la posibilidad de una continuación ascendente directa del Índice Dow Jones hacia la barrera psicológica de los veinte mil puntos.
Sin embargo, este acceso hacia los veinte mil puntos de índice ya se ha materializado y, en este sentido, la nueva duda surge a partir de lo que pueda venir una vez que Donald Trump asuma la Presidencia.
Del lado técnico debemos decir que si bien la tendencia alcista de la Bolsa estadounidense, que nace en el piso alcanzado con la crisis subprime en el año 2009, se muestra bastante madura y avanzada, también es válido aclarar que permanece vigente.
En efecto, más allá de recortes parciales que puedan darse en el corto plazo para este mercado, quizás como toma de ganancia al avance de los últimos dos meses, actualmente las condiciones técnicas están dadas para que el avance continúe y que la barrera de los veinte mil puntos de Índice Dow Jones termine superándose hacia las próximas semanas. En este sentido, objetivos bastante más ambiciosos, de 22.500-23.500 puntos para este mercado, quizás puedan alcanzarse hacia los próximos meses.
Actualmente, sólo una caída inmediata del índice por debajo de los 18.600-18.000 puntos pondría en tela de juicio esta lectura analítica alcista para la Bolsa estadounidense y nos advertiría ante la presencia de una baja mayor, al menos intentando regresar hacia instancias más cercanas a los mínimos del año 2015-2016, en torno a los 16.000-15.500 puntos.
Recordemos lo que decía Charles Henry Dow, uno de los padres del análisis técnico, hacia finales del siglo XIX: "Una tendencia de mercado permanecerá vigente hasta tanto dé señales concretas de que ha cambiado". En los últimos años, muchos inversores y analistas han querido desafiar la tendencia al proyectar grandes techos para Wall Street que finalmente no se han dado. Por este motivo, más allá de los eventos que se vayan sucediendo, es nuestra sugerencia al inversor que se mantenga concentrado al accionar del mercado y en la medida en que este no nos entregue señales concretas de cambios de tendencia, entonces siempre será más conveniente acompañar la corriente que hacerle frente.
El fantasma de los Gobiernos republicanos para Wall Street
Ahora bien, más allá de las expectativas propuestas para el Índice Dow Jones hacia las próximas semanas y los próximos meses, no podemos pasar por alto un hecho estadístico que enfrentará Wall Street con la asunción de un nuevo Gobierno republicano a la Casa Blanca.
En efecto, al repasar la historia del comportamiento de la Bolsa estadounidense, veremos que durante el último medio siglo, ya sea por casualidad o no, durante gobiernos republicanos Wall Street siempre ha sufrido una crisis bursátil.
Partiendo de la primera presidencia de Richard Nixon, en 1969, con una caída del Índice Dow Jones cercana al 35% entre los años 1969-1970, por el encrudecimiento de la guerra de Vietnam. Le sigue la baja sufrida durante el segundo mandato de Nixon, entre los años 1973-1974, cuando la Bolsa estadounidense perdió un 45% de su valor por los efectos del Watergate, que precipitaron la salida de este Presidente; Gerald Ford, su vicepresidente, completó dicho mandato.
Posteriormente, en el año 1981, Estados Unidos volvió a tener un presidente republicano con la asunción de Ronald Reagan, y si bien el desempeño de Wall Street durante su presidencia ha sido más que óptimo, no podemos pasar por alto que en el año 1987, durante su segundo mandato, sufrió el famoso crac de 1987, cuando el mercado llegó a perder en pocas semanas más del cuarenta por ciento.
Luego, en 1989, asumió un nuevo presidente republicano, George H. W. Bush. Si bien Wall Street en términos generales ha tenido un buen desempeño durante su presidencia, también es cierto que hacia el año 1990 ha sufrido lo que fue la guerra del Golfo y en esa oportunidad el mercado tuvo un ajuste cercano al 25%, antes de retomar nuevamente la senda alcista.
Finalmente, en el año 2001 y en medio de la crisis de la burbuja tecnológica, asumió un nuevo presidente republicano, George W. Bush (hijo), que en su primera presidencia tuvo que enfrentar los efectos de dicha crisis, potenciados luego por atentados a las torres gemelas y la guerra de Afganistán e Irak, cuando Wall Street perdió un 35% desde que asumió, en el 2001, hasta el piso del año 2002. Mientras que durante su segundo mandato, entre el año 2007 y su salida del gobierno como uno de los presidentes más impopulares junto con Richard Nixon, la Bolsa estadounidense perdió un 50% de su valor con la crisis subprime.
Por lo descrito, no debería ser un dato menor que el nuevo Presidente que asume en Estados Unidos sea un republicano, por lo cual desde lo estadístico, es viable estar expectantes a que durante el mandato de Donald Trump se presente una nueva crisis para Wall Street. Sin embargo, es prudente no hacer frente a la tendencia vigente en el mercado y sólo elevar el alerta cuando las condiciones ameriten.