La tablet de Macri

Recientemente, el Presidente Mauricio Macri acaba de cumplir un año de gobierno. La situación económica y las encuestas de opinión pública dibujan un creciente escenario crítico. La paciencia de los argentinos se resiente, la ilusión empieza a mutar. Los resultados no llegan o no se perciben igual para amplios sectores de la población. Macri reacciona con cambios ministeriales y nuevas propuestas. Coincidiendo con este escenario, el Presidente ha hecho un anuncio sorprendente: una tablet y una app le ayudarán a gestionar y monitorizar el grado de cumplimiento de sus ministros. La tecnología en auxilio de la política. Métricas en lugar de deliberaciones o justificaciones. Los indicadores y los resultados como garante de la eficacia y eficiencia en la gestión de las políticas públicas. ¿Dirigir un gobierno como una empresa?

No es la primera vez que Macri innova y moderniza la gestión pública (una vez que se coronó como el gran modernizador de la comunicación política en la campaña electoral). Lo ha demostrado, por ejemplo, con el uso de Facebook, que le ayuda a gobernar, y relacionarse con la ciudadanía. En el mes de febrero, el gobierno argentino anunció que sería el primer gobierno del mundo en utilizar Facebook at work, una intranet desarrollada para mejorar la comunicación interna de las organizaciones. En la misma línea, del uso de la tecnología para mejorar procesos y gestiones, el gobierno ha decidido combatir la inflación creando SEPA, una app donde los consumidores pueden comparar el valor de los productos que se venden en los distintos comercios. Igualmente en este afán modernizador podemos encuadrar su proyecto de voto electrónico.

Por otro lado, el Ministerio de Modernización de la Nación, ha lanzado ya distintos concursos para subsidiar proyectos que tengan que ver con el desarrollo de tecnología contra la burocracia nacional, como la convocatoria de financiamiento para proyectos que sirvan para proveer a los estados municipales, al sector turístico y al sector productivo. En este mismo año, la Subsecretaría de Gestión Municipal de la Nación, desarrolló el Campus Gobierno Abierto, que se ofrece como un ámbito de intercambio de experiencias y prácticas locales. También como espacio de capacitación y discusión sobre distintas temáticas relacionadas.

Pero la tablet del Presidente, y la aplicación diseñada, va más allá. Rigiéndose por las señales de un semáforo de rendimiento, el Presidente puede ver gestión tras gestión: en color verde, si están siendo aprobadas; en amarillo, si tienen alguna precaución; y rojo, si están en una situación crítica. A su vez, las políticas se miden por cuatro variables: metas, hitos, tiempo y presupuesto. Mediante su app, el presidente argentino consigue comprometer a los funcionarios a trabajar con metas, instrumentar indicadores sobre la calidad de los servicios y evaluar efectos de las intervenciones.

El Presidente vigilado, también vigila. El filósofo francés Michael Foucault explicaba en su obra, Vigilar y Castigar (1975), que quienes tienen que cumplir, si viven en un estado consciente y permanente de visibilidad, lo harán mejor. No sé si Macri ha leído al filósofo de la sociedad panóptica, o si por el contrario se ha inspirado en un referente más próximo como Juan Domingo Perón que aseguraba que "los compañeros son buenos, pero si se los vigila son mejores". Pero en este contexto de creciente adversidad, el Presidente Macri hace un paréntesis en su estilo de gobierno Snapbook, y utiliza una app en su tablet o celular para controlar los objetivos de sus gobiernos.

Macri confía en la tecnología. Bienvenida y útil. Innovación en la gestión, de acuerdo, pero parece que los problemas se resuelven con más y mejor política. Ese será el desafío. Un Gobierno no es una empresa, aunque los gobiernos deben aprender mucho de la innovación empresarial en la gestión de los recursos. En mi libro La Política vigilada, reflexionaba sobre cómo la ciudadanía digital y los nuevos actores sociales irrumpen en el panorama mediático y en la construcción de la agenda pública con una inusitada fuerza, legitimidad y visibilidad frente a los partidos y a los gobiernos. Decía Tucídides: "Todo poder tiende ir al límite de su poder. Ciudadanos: ¡Ha llegado la hora de la vigilancia!". Macri vigilará a sus ministros, bien. Pero no puede perder de vista que es la ciudadanía la que le vigila a él.