Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene observación continua para notificar a la ciudadanía sobre cualquier cambio en las medidas de protección ante una posible emergencia.
Este 15 de enero el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que informa la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: Se han registrado explosiones débiles a moderadas con una frecuencia de 5 a 10 por hora, estas explosiones generan columnas de gas y ceniza que alcanzan alturas de hasta 4600 msnm (15,092 pies) y se desplazan de 15 a 35 km en dirección suroeste y oeste, además, las explosiones han provocado avalanchas débiles y moderadas en el contorno del cráter y en dirección a las barrancas Ceniza, Seca, Las Lajas, Taniluya y Honda. También se reportan retumbos débiles y moderados que generan onda de choque débil que hace vibrar techos y ventanas de las viviendas cercanas al volcán, también se reportan sonidos similares a turbina de avión con duraciones aproximadas de 1 minuto. Por la noche y madrugada se observó pulso incandescente de 100 a 200 metros de altura. Debido a la dirección del viento, se espera caída de ceniza fina en los poblados: Yepocapa, Sangre de Cristo, Panimache y otros poblados cercanos.
Volcán de Pacaya
Actividad: Se observa desgasificación sobre el cráter a baja altura, desplazándose con longitud de 1km. Las estaciones sísmicas de INSIVUMEH continúan registrando eventos cortos de baja frecuencia, lo que sugiere actividad del magma y gases en el interior del volcán, así como periodos de desgasificación prolongados o abundantes en el cráter.
Volcán de Santiaguito
Actividad: Se observa leve desgasificación sobre el cráter. Se registran explosiones débiles y moderadas expulsando columnas de gas y ceniza que alcanzan hasta 900 metros de altura sobre el cráter y se dispersan al suroeste y oeste. Por la noche y madrugada se observó incandescencia en el cráter del domo caliente y en la parte alta del flujo de lava en dirección Oeste-Suroeste. Se registran avalanchas de bloques débiles, moderadas y algunas fuertes sobre el flujo de lava, en el flanco Sur y en el flanco sureste. Debido a la dirección del viento, se espera caída de ceniza fina en las fincas cercanas al suroeste y este del domo Caliente. No se descarta la posibilidad de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, así como flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones, por lo tanto, no se debe permanecer cerca ni dentro de los cauces de los ríos cercanos a las faldas del volcán.
Guatemala y sus volcanes
Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren la mayor de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las regiones con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
A pesar de en Guatemala se han reconocido al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) identifica únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son denominados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de vigilancia de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
Las erupciones más fuertes del volcán de Fuego
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor trascendencia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos arruinaron parte de la vegetación de los alrededores y escondió parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 perdidas y 600 heridos; así como dos millones de habitantes damnificados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en comunidades de 45 kilómetros a la redonda.