Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene observación continua para dar a conocer a la ciudadanía sobre cualquier variación en las medidas de seguridad ante una posible situación crítica.
Este 8 de enero el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que expone la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: se registran de 5 a 9 explosiones débiles y moderadas por hora, con columnas de gas y ceniza que se elevan hasta los 4800 msnm (15748 pies). La ceniza se dispersa de 15 a 40 km en dirección oeste y noroeste, extendiéndose sobre el departamento de Chimaltenango. Las explosiones se acompañan de retumbos débiles y moderados; ondas de choque débiles; y sonidos similares a turbina de avión. Las explosiones también producen avalanchas con bloques que descienden por distintos flancos del volcán. Durante la noche y madrugada se observan pulsos incandescentes que alcanzan hasta los 150 metros de altura sobre el cráter. Se espera caída de ceniza fina en poblados al oeste, noroeste del volcán, tales como Panimaché I, Santa Sofía, Morelia, Sangre de Cristo, Yepocapa. Consultar y seguir las recomendaciones descritas en el boletín especial BEFGO-101-2024.
Volcán de Pacaya
Actividad: las condiciones atmosféricas no permiten realizar observaciones directas al cráter Mackenney, sin embargo las estaciones sísmicas permiten identificar eventos de desgasificación débiles y de corta duración, lo cual confirma niveles bajo de actividad. Durante la noche y madrugada no se observó ningún reflejo incandescente, sin reportes de sonidos o explosiones. No se descarta la ocurrencia de períodos de desgasificación prolongados o columnas de desgasificación con abundante ceniza.
Volcán de Santiaguito
Actividad: sobre el domo Caliente se observa desgasificación débil, con pulsos de incremento que forman una columna de gas de hasta 500 metros de altura. Se registran explosiones débiles y moderadas que provocan incandescencia, columna de gas y ceniza con altura de hasta 3500 msnm (10498 pies), retumbos y sonidos similares a turbina de a avión, así como avalanchas en dirección sur, suroeste y oeste. La ceniza puede dispersarse de 15 a 40 km hacia el oeste, lo cual puede generar caída de ceniza fina en fincas y comunidades cercanas al volcán, tales como San Marcos Palajunoj y Loma Linda. El volcán Santiaguito continúa con alta actividad, por lo que no se descarta la ocurrencia de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, como también posibles flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones, por lo tanto seguir las recomendaciones del boletín especial BESAN-004-2024.
Los volcanes más activos de Guatemala
Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren la mayor de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las zonas con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
A pesar de en Guatemala se han identificado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) acepta únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de supervisión de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
El volcán de Fuego y sus erupciones
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor trascendencia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos arruinaron parte de la vegetación de los alrededores y enterró parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 extraviadas y 600 heridos; así como dos millones de ciudadanos afectados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en asentamientos de 45 kilómetros a la redonda.