Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene supervisión continua para dar a conocer a la población sobre cualquier cambio en las medidas de seguridad ante una posible emergencia.
Este sábado 7 el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que expone la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: Se observa leve desgasificación sobre el cráter. Se han registrado explosiones débiles a moderadas con una frecuencia de 7 a 10 por hora, estas explosiones generan columnas de gas y ceniza que alcanzan alturas de hasta 4600 msnm (15,092 pies) y se desplazan de 15 a 20 km en dirección oeste y suroeste, según modelo numérico WRF se espera que la dispersión se mantenga al suroeste y oeste a lo largo del día. Además las explosiones han provocado avalanchas débiles y moderadas en el contorno del cráter y en dirección a las barrancas Ceniza, Seca, Las Lajas y Taniluya. También se reportan retumbos débiles con onda de choque débil. Por la noche y madrugada se observó pulso incandescente de 100 a 300 metros de altura. Debido a la dirección del viento, se espera caída de ceniza fina en las comunidades: Panimache I e II, Santa Sofía, Morelia, Yepocapa y otros poblados cercanos. Existe la posibilidad de que se presenten lluvias locales en algunas áreas, por lo que se recomienda estar atentos a los boletines emitidos por INSIVUMEH.
Volcán de Pacaya
Actividad: En las últimas horas, la visibilidad del cráter ha estado limitada por la nubosidad. Las estaciones sísmicas de INSIVUMEH continúan registrando eventos cortos de baja frecuencia, lo que sugiere actividad del magma y gases en el interior del volcán, así como periodos de desgasificación prolongados o abundantes en el cráter.
Volcán de Santiaguito
Actividad: Se observa desgasificación sobre el cráter que se dispersa al oeste y suroeste. Se registran explosiones débiles y moderadas expulsando columnas de gas y ceniza que alcanzan hasta 900 metros de altura sobre el cráter y se dispersan en dirección oeste y suroeste, según modelo numérico WRF, se espera que esta dispersión continúe hacia el oeste y suroeste a lo largo del día. Por la noche y madrugada se observó incandescencia en el cráter del domo caliente y en la parte alta del flujo de lava en dirección Oeste-Suroeste. Se registran avalanchas de bloques débiles, moderadas y algunas fuertes sobre el flujo de lava, en el flanco Sur y en el flanco sureste. Debido a la dirección del viento, se espera caída de ceniza fina en fincas cercanas al oeste y suroeste del domo Caliente. No se descarta la posibilidad de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, así como flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones, por lo tanto, no se debe permanecer cerca ni dentro de los cauces de los ríos cercanos a las faldas del volcán.
Guatemala y sus volcanes
Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren gran parte de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las regiones con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
A pesar de que en Guatemala se han señalado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) distingue únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en la actualidad son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de vigilancia de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
El más activo de Centroamérica
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor relevancia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos destruyeron parte de la vegetación de los alrededores y enterró parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 desaparecidas y 600 lesionados; así como dos millones de ciudadanos damnificados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en poblados de 45 kilómetros a la redonda.