Quién fue Santa Bárbara y por qué se le celebra este 4 de diciembre

La lista los santos y mártires para que sepas a quiénes debes felicitar en un día como hoy

Guardar
Majestuosidad de santos católicos en el arte barroco de vidrieras en catedrales. Todos los días hay una celebración onomástica (Imagen Ilustrativa Infobae)
Majestuosidad de santos católicos en el arte barroco de vidrieras en catedrales. Todos los días hay una celebración onomástica (Imagen Ilustrativa Infobae)

Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.

Todos los días, marcados en el calendario, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.

Este es el santoral del miércoles 4 de diciembre.

Festejo del día: Santa Bárbara de Nicomedia

Santa Bárbara, venerada tanto en la Iglesia griega como en la latina, nació alrededor del siglo III en Nicomedia, Bitinia, según la opinión más extendida. Su padre, Dióscoro, era un pagano fanático conocido por su carácter cruel y obstinado. Aunque de naturaleza bárbara, Dióscoro amaba profundamente a su única hija, quien era excepcionalmente hermosa, talentosa, y poseía una inteligencia notable. Desde su infancia, Bárbara destacó por su prudencia y razonamiento, lo que marcó su vida y decisiones futuras.

Dióscoro, temeroso de perder el amor exclusivo de su hija, tomó la drástica decisión de encerrarla en una alta torre. Allí, Bárbara creció bajo la supervisión de criadas y maestros que cultivaron su intelecto. En su reclusión, se dedicó a contemplar el cielo y reflexionar sobre el universo, llegando a conclusiones profundas sobre la existencia de un creador supremo, diferente de los dioses paganos. Este razonamiento la llevó a rechazar las divinidades tradicionales, considerándolas absurdas e indignas de adoración.

Cuando Bárbara abrazó el cristianismo, encontró en la fe una verdad que colmaba su alma. Decidió consagrarse a Cristo y preservar su virginidad como una virtud preciosa. Sin embargo, su padre tenía otros planes para ella. Dióscoro propuso un matrimonio ventajoso, pero Bárbara lo rechazó, provocando la furia de su padre. Durante su ausencia en un viaje, Bárbara pidió construir un baño en la torre, pero lo transformó en una capilla con tres ventanas, simbolizando la Santísima Trinidad. Este acto marcó su firme compromiso con el cristianismo.

A su regreso, Dióscoro intentó nuevamente persuadirla para que aceptara el matrimonio, pero Bárbara se negó con afecto, proponiendo cuidar de él en su vejez. Intrigado, su padre decidió trasladarla a su casa, creyendo que la convivencia con más personas cambiaría su opinión. Sin embargo, en su nueva residencia, Bárbara expresó su desdén hacia los ídolos paganos que adornaban el hogar, desafiando abiertamente las creencias de Dióscoro. Ante sus argumentos racionales y su rechazo a las falsas deidades, su padre se enfureció y amenazó con matarla.

Temiendo por su vida, Bárbara escapó, refugiándose en una gruta. Milagrosamente, una roca se abrió para darle paso, pero un pastor traicionó su escondite. Dióscoro la encontró y, en un arrebato de furia, la golpeó cruelmente antes de entregarla al gobernador Marciano, acusándola de ser cristiana. Marciano, impresionado por su belleza y carácter, intentó persuadirla para que abandonara su fe, ofreciéndole riquezas y privilegios. Sin embargo, Bárbara se mantuvo firme, proclamando la verdad y santidad de la religión cristiana.

Marciano ordenó terribles torturas para doblegarla. Bárbara fue golpeada hasta quedar cubierta de llagas y encerrada en un calabozo con un cilicio áspero. Durante la noche, Jesucristo se le apareció para consolarla, curando milagrosamente sus heridas. Al día siguiente, cuando fue presentada nuevamente ante el gobernador, Bárbara afirmó que su curación era obra de Cristo, no de los dioses paganos. Su firmeza enfureció aún más a Marciano, quien la sometió a nuevas y brutales torturas, incluidas quemaduras con hachas encendidas.

A pesar de los tormentos, Bárbara permaneció inquebrantable en su fe, asegurando que morir por amor a Cristo le garantizaba la vida eterna. Su valentía y devoción son recordadas como ejemplo de fortaleza espiritual frente a la persecución.

Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este miércoles 4 de diciembre como los siguientes:

San Juan Damasceno

Santa Ada

San Annon de Colonia

San Apro

San Bernardo cardenal

San Bertoaria

San Félix obispo

San Heracles

San Juan Calabria

San Juan Taumaturgo

San Marutas

San Melecio

San Osmundo

San Sigiramnio

San Sola

Beato Adolfo Kolping

Beato Francisco Gálvez

Beato Jerónimo de Angelis

Beato Pedro Pectinario

Beato Simón Yempo

El origen de los santos

Canonización del mexicano José Sánchez del Río. (AFP)
Canonización del mexicano José Sánchez del Río. (AFP)

La iglesia católica y ortodoxa utiliza la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida que durante su vida hizo sacrificios o estuvo relacionada a un evento divino a favor de la iglesia.

Esto implica incluir el nombre de la persona en el canon (lista de santos reconocidos) y se concede el permiso de la iglesia católica de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.

Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media. En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar.

Para la iglesia católica existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.

Además, se considera si la persona vivió las virtudes cristianas en un grado heroico o si sufrió martirio a causa de su fe, asimismo, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir).

La iglesia católica en el mundo

Miembros del clero llevan una reliquia del sacerdote Cosme Spessotto durante la ceremonia de beatificación de los sacerdotes Rutilio Grande y Cosme Spessotto y los laicos Manuel Solorzano y Nelson Lemus en la Plaza El Salvador del Mundo en San Salvador, El Salvador. 22 de enero de 2022. (REUTERS/José cabezas)
Miembros del clero llevan una reliquia del sacerdote Cosme Spessotto durante la ceremonia de beatificación de los sacerdotes Rutilio Grande y Cosme Spessotto y los laicos Manuel Solorzano y Nelson Lemus en la Plaza El Salvador del Mundo en San Salvador, El Salvador. 22 de enero de 2022. (REUTERS/José cabezas)

El catolicismo es una de las religiones que más se practican en el mundo. Los datos más recientes del Vaticano -particularmente de su Anuario Estadístico Eclesial- señalan que hay más de mil 360 millones de católicos en el orbe.

El continente americano es donde más católicos prevalecen, con casi la mitad de los registrados por el Vaticano, siendo más de una cuarta parte ubicados en Sudamérica.

En los últimos años, el Vaticano ha dado cuenta que la presencia de católicos ha aumentado de forma importante en dos continentes: Asia -particularmente el Medio Oriente- y África.

En contraste, los religiosos en Europa han ido a la baja, mientras que en Oceanía se han mantenido estables.

Guardar