Solana es una de las monedas digitales que más ha tomado importancia en los últimos años en el mercado de las divisas digitales, por ello es importante conocer sus movimientos dentro de este mercado sin regulación.
Creada en 2017 por Anatoly Yakovenko presume un mecanismo único de consenso Proof-of-Stake, el cual -según solana- mejora su escalabilidad sin sacrificar la descentralización y la seguridad. Para mantener un nivel establecido de inflación cada año, quema la mitad de sus criptomonedas utilizadas en cada comisión.
También posee un alto rendimiento de transacciones y corto tiempo de procesamientos a tal grado que consigue realizar 50.000 transacciones por segundo, esto lo obtiene al procesar linealmente las transacciones para crear un orden verificable de toda la actividad de la red.
Esta criptomoneda presume garantizar precios bajos en las transacciones, menores a los 0.01 dólares tanto para desarrolladores como para usuarios, esto gracias a su escalabilidad.
Costo de la criptomoneda solana
El precio de la criptomoneda solana para este día a las 16:55 horas (UTC) es de 226.05 dólares. Esto quiere decir quela moneda digital registró un cambio de 1.68% en el último día, así como un movimiento de -3.64% en la última hora.
Por su nivel de capitalización, esta moneda digital ocupa la posición #5 entre las más populares.
El mundo de las monedas virtuales
Las criptomonedas están dejando de ser elementos extraños y han comenzado a meterse en el lenguaje del día a día, despertando el interés de aquellos a quienes les preocupan las finanzas o hasta llegar al grado de ser legalizadas en algunas regiones del mundo.
Como su nombre lo indica, las criptodivisas utilizan métodos criptográficos o de cifrado para realizar transacciones en un sistema desregulado y, la mayoría de ellas, por medio de cadenas de bloques (blockchain), lo que lo aleja de los modelos tradicionales en donde los bancos funcionan como intermediarios.
Su innovación ha ocasionado que muchas personas estén interesadas en invertir en las monedas digitales, pues su valor ha crecido considerablemente en los últimos años siendo bitcoin, ethereum y dogecoin las más populares y las que mayor capitalización cuentan en el mercado.
Cada una de estas unidades son fundadas a través de un proceso llamado “minado” y los usuarios las pueden adquirir a través de diversos agentes o bolsas de monedas digitales, para luego almacenarlas en “monederos criptográficos” o hacer diversas transacciones con ellas por medio de claves únicas.
Pese a que fue en el 2009 cuando el bitcoin entró al mercado como la primera criptodivisa en el mundo, lo cierto es que éstas apenas están experimentando un auge en el ámbito financiero, por lo que se espera que su uso aumente en un futuro cercano.
Entre riesgos
Las criptomonedas tienen diversos elementos que las hacen únicas: el no estar reguladas por ninguna institución; no requerir de terceros en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean alteradas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero difícil , pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Quien invierte en este tipo de monedas digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos sólo guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.