Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene vigilancia continua para informar a la ciudadanía sobre cualquier cambio en las medidas de protección ante una posible emergencia.
Este 28 de noviembre el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que notifica la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: se registran de 10 a 12 explosiones débiles y moderadas por hora, con columnas de gas y ceniza que se elevan hasta los 4800 msnm (15748 pies) y se dispersan de 30 a 50 km en dirección oeste y suroeste. Las explosiones se acompañan de retumbos y ondas de choque débiles, avalanchas que descienden por distintos flancos del volcán y sonidos similares a locomotora de tren de hasta 1 minuto de duración, asociados a explosiones que generan desgasificación de forma contínua. Así mismo durante la noche y madrugada se observan pulsos incandescentes que alcanzan de 100 a 300 metros de altura sobre el cráter. Se espera caída de ceniza fina en poblados al oeste y suroeste del volcán, tales como Panimaché I, Santa Sofía, Morelia, Yepocapa. En cuanto a la actividad explosiva, seguir las recomendaciones descritas en el boletín especial BEFGO-003-2024.
Volcán de Pacaya
Actividad: se observa desgasificación débil y rala sobre el cráter Mackenney, desplazandose hasta 1 km en dirección oeste y suroeste. Las estaciones sísmicas permiten identificar eventos de desgasificación débiles y de corta duración, lo cual confirma niveles bajo de actividad. Durante la noche y madrugada no se observó ningún reflejo incandescente, sin reportes de sonidos o explosiones. No se descarta la ocurrencia de períodos de desgasificación prolongados o columnas de desgasificación con abundante ceniza.
Volcán de Santiaguito
Actividad: sobre el domo Caliente se observa desgasificación débil y rala, con pulsos de incremento que forman una columna de gas de hasta 400 metros de altura. Se registran también explosiones débiles a moderadas que provocan incandescencia, columna de gas y ceniza con altura de hasta 3500 msnm (10498 pies) y avalanchas en dirección sureste y suroeste. Dicha actividad produce ceniza que puede dispersarse de 30 a 50 km hacia el oeste y suroeste, lo cual puede generar caída de ceniza fina en fincas y comunidades cercanas al volcán, tales como El Palmar y Loma Linda. Es posible que se produzcan avalanchas fuertes y sonidos audibles a varios kilómetros del edificio volcánico. No se descarta la ocurrencia de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, como también posibles flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones, por lo tanto seguir las recomendaciones del boletín especial BESAN-004-2024.
Guatemala y sus volcanes
Debido a su localización en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren la mayor de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las áreas con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
A pesar de en Guatemala se han determinado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) identifica únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son denominados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las diferencias, en la actualidad son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de observación de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
Las erupciones más fuertes del volcán de Fuego
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de Centroamérica y uno de los que tiene mayor importancia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos devastaron parte de la vegetación de los alrededores y enterró parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 no localizadas y 600 lesionados; así como dos millones de ciudadanos damnificados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en comunidades de 45 kilómetros a la redonda.