LUNA es el token nativo de terra, una blockchain fundada en el año 2018 que lanzó su mainnet en abril de 2019 a través de la plataforma Cosmos SDK, que se centra en la creación de las llamadas stablecoins.
En este panorama se tiene que LUNA actúa como una garantía para el resto de las monedas digitales a las que recurre terra, como el USD, para que después se puedan convertir nuevamente en LUNA, lo que la hace diferente a otras stablecoins.
Para poder “anclar” una stablecoin de Terra, el minero o creador de la criptomoneda debe convertirla a un valor fiat, es decir, una stablecoin en euros sería convertible a LUNA por el valor de un euro; lo mismo ocurriría con otro tipo de divisas como un dólar, un peso argentino, un won, un yen, entre otros, garantizando así su “estabilidad” manteniéndolo a una tasa fija.
Cotización de la criptomoneda terra
El precio de la criptomoneda terra para hoy a las 11:00 horas (UTC) es de 0.476367 dólares. Esto quiere decir que el activo digital reportó un cambio de -4.4% en el último día, así como un movimiento de 0.31% en la última hora.
Por su nivel de capitalización, esta moneda digital ocupa la posición #191 entre las más populares.
Todo sobre las criptomonedas
Las criptomonedas están dejando de ser elementos extraños y han comenzado a meterse en el lenguaje cotidiano, despertando el interés de aquellos a quienes les preocupan las finanzas o hasta llegar al grado de ser legalizadas en algunas regiones del globo terráqueo.
Como su nombre lo indica, las divisas digitales utilizan métodos criptográficos o de cifrado para realizar transacciones en un sistema desregulado y, la mayoría de ellas, por medio de cadenas de bloques (blockchain), lo que lo aleja de los modelos tradicionales en donde los bancos funcionan como intermediarios.
Su innovación ha ocasionado que muchas personas estén interesadas en invertir en las monedas digitales, pues su valor ha crecido considerablemente en los últimos años siendo bitcoin, ethereum y dogecoin las más populares y las que mayor capitalización cuentan en el mercado.
Cada una de estas unidades son fundadas a través de un proceso llamado “minado” y los usuarios las pueden adquirir a través de diversos agentes o bolsas de criptomonedas, para luego almacenarlas en “monederos criptográficos” o hacer diversas transacciones con ellas por medio de claves únicas.
Pese a que fue en el 2009 cuando el bitcoin entró al mercado como la primera criptodivisa en el mundo, lo cierto es que éstas apenas están experimentando un auge en el ámbito financiero, por lo que se espera que su uso aumente en un futuro no tan lejano.
Los riesgos
Las criptomonedas tienen distintas características que las hacen únicas: el no estar controladas por ninguna institución; no requerir de intermediarios en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean alteradas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el hackear esta seguridad es posible pero no tan fácil de lograr , pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Quien invierte en este tipo de monedas digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos únicamente guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.