En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener relevancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre traerá beneficios en todos los ámbitos.
En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que se poseen; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer más serio y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden, por el contrario, dar un pensamiento negativo que te haría parecer descuidado o poco preparado.
Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien redactado habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.
Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza del léxico.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, a través de la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, se ha aliado con la RAE y emite en su página web y de manera constante diversos tips para que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre cómo se escribe correctamente cierta palabra, cómo se usa una expresión o tips de temáticas varias.
Usos y ejemplos
Las expresiones niños sin vacunar y niños sin vacunas son preferibles a niños cero dosis para aludir a los menores que no cuentan con ningún tipo de vacuna.
No obstante, es posible encontrar noticias donde se emplea niños cero dosis : «Los niños Cero Dosis se enmarcan en una tendencia persistente desde 2015», «El reto consiste en vacunar a cien mil niños cero dosis» o «Entre 2019 y 2021, 67 millones de niños no recibieron la vacunación sistemática, de los cuales 48 millones eran ‘niños cero dosis’».
Para referirse a los niños que no tienen vacunas administradas contra ninguna enfermedad, es frecuente la denominación niños cero dosis . Sin embargo, esta opción es poco precisa, en tanto que puede entenderse que son niños que no tienen ninguna dosis de una vacuna en concreto, pero sí de otras . Por tanto, lo más recomendable sería optar por expresiones descriptivas más claras, como niños sin vacunar , niños sin vacunas o niños sin ninguna vacuna , que expresan de forma exacta lo que se quiere transmitir.
En todo caso, de utilizar por algún motivo niños cero dosis , lo adecuado es incluir la preposición con para dejar claro que se trata de personas con esa cantidad de dosis, de igual manera que paciente con covid es preferible a paciente covid : niños con cero dosis . Con todo, este uso de cero no es propio de un registro formal , como explica la gramática académica. Lo mismo cabe decir de niños con cero vacunas .
Se recuerda que todas ellas son denominaciones descriptivas que no necesitan cursiva ni comillas y que se escriben en minúscula .
Así pues, en los ejemplos habría sido mejor escribir «Los niños sin vacunar se enmarcan en una tendencia persistente desde 2015», «El reto consiste en vacunar a cien mil niños sin vacunas» y «Entre 2019 y 2021, 67 millones de niños no recibieron la vacunación sistemática, de los cuales 48 millones eran niños sin ninguna vacuna».
¿Para qué sirve la RAE?
Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.
Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.
Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.
Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.
Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.
Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.
La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.