Solana es una de las monedas digitales que más ha tomado relevancia en los últimos años en el mercado de las divisas digitales, por ello es importante conocer sus movimientos dentro de este mercado sin regulación.
Creada en 2017 por Anatoly Yakovenko presume un mecanismo único de consenso Proof-of-Stake, el cual -según solana- mejora su escalabilidad sin sacrificar la descentralización y la seguridad. Para mantener un nivel establecido de inflación cada año, quema la mitad de sus criptomonedas utilizadas en cada comisión.
Solana también cuenta con un alto rendimiento de transacciones y corto tiempo de procesamientos a tal grado que consigue realizar 50.000 transacciones por segundo, esto lo obtiene al procesar linealmente las transacciones para crear un orden verificable de toda la actividad de la red.
Esta criptomoneda presume garantizar costos bajos en las transacciones, menores a los 0.01 dólares tanto para desarrolladores como para usuarios, esto gracias a su escalabilidad.
Costo de la criptomoneda solana
La cotización de solana para este día a las 16:55 horas (UTC) es de 197.12 dólares, lo que significa que la criptomoneda registró un cambio de -0.34% en el último día.
Por otro lado, registró un cambio de -0.77% con respecto a su valor hace una hora. En cuanto a su popularidad, se ubica en la posición #4.
Cómo opera una moneda virtual
Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no existe físicamente y que usa un cifrado criptográfico para asegurar la integridad en sus operaciones, al tiempo que mantiene un control en la creación de sus nuevas unidades.
El bitcoin fue el primero en salir al mercado y luego le siguieron otras que igualmente han tenido gran relevancia como litecoin, ethereum, IOTA, tether, cash, ripple, decentraland, incluso unas surgidas de memes como dogecoin.
Las criptomonedas tienen distintas características que las hacen únicas: el no estar reguladas por ninguna institución; no requerir de intermediarios en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean modificadas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero difícil, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Cómo adquirirlas
Para comprarlas e intercambiarlas se puede a través de portales especializados. Su valor varía en función de la oferta, de la demanda y del compromiso de los usuarios, por lo que puede cambiar más rápido que el dinero tradicional, pero mientras más gente esté interesada y quiera comprar determinada moneda, mayor será su precio.
No obstante, quien invierte en este tipo de monedas digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos sólo guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.