Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.
Todos los días, como se indica en el calendario santoral, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.
Este es el santoral del viernes 1 de noviembre.
Celebración del día: Todos los Santos
Muchos hombres y mujeres de toda clase y condición, que nos han precedido, han llegado ya al Cielo y disfrutan para siempre de Dios.
Son muchos más que los beatificados y canonizados.
Su vida y nombres nos son desconocidos, pero gozan ya de la bienaventuranza.
Esa multitud innumerable es para nosotros ejemplo ya que ellos pasaron por todas las vicisitudes por las que puede pasar cada hombre y mujer que llega al mundo y fueron fieles a Dios en esas circunstancias.
También acudimos a su poderosa intercesión ante Dios.
Cuando los celebramos recordamos la santidad a la que todos estamos llamados.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este viernes 1 de noviembre como los siguientes:
San Audomaro de Théouranne
San Austremonio de Avernia
San Benigno de Dijón
San Cesáreo de Tarracina
Santa Cirenia mártir
San Licinio de Anjou
San Magno de Milán
San Marcelo de París
San Maturino de Larchant
San Pedro del Barco
San Rómulo de Bourges
San Severino de Tívoli
San Vigor de Bayeux
Beato Nonio Alvarez Pereira
Beato Rainiero Aretino
Beato Ruperto Mayer
Beato Teodoro Jorge Romzsa
Qué es la canonización
La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.