Murió Ratan Tata, multimillonario y filántropo indio

La muerte del visionario empresarial a los 86 años desató homenajes en toda India y en el extranjero

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Las personas rinden homenaje al expresidente del Grupo Tata, Ratan Tata, en Mumbai (REUTERS/Francis Mascarenhas)
Las personas rinden homenaje al expresidente del Grupo Tata, Ratan Tata, en Mumbai (REUTERS/Francis Mascarenhas)

El último miércoles por la noche murió Ratan Tata, el empresario que dirigió un imperio con negocios en sectores como automóviles, acero, retail y servicios de IT, debido a complicaciones de salud relacionadas con su edad, informó The New York Times.

El fallecimiento del magnate, conocido por su liderazgo en el grupo Tata, generó homenajes en toda India y en el extranjero. A lo largo de su vida, Ratan Tata dejó una profunda huella en la industria y en la sociedad india, no solo por su impacto en los negocios, sino también por su compromiso con la filantropía y el desarrollo social del país.

El Grupo Tata informó que Ratan Tata falleció con 86 años en un hospital de Mumbai. Su relación con el conglomerado familiar comenzó en la década de 1960, cuando ingresó como aprendiz en el área de producción de la subsidiaria de acero, uno de los pilares de la compañía. En 1991 asumió como presidente del grupo, liderando adquisiciones estratégicas que elevaron el perfil internacional de la empresa, como la compra de la gigante de té Tetley en el año 2000 y, en 2008, de la icónica marca británica Jaguar. Estas operaciones, que consolidaron la posición global de Tata, fueron celebradas en India como una especie de “colonialismo inverso”.

El presidente de Tata Motors, Ratan Tata, se dirige a los periodistas durante el primer día de prensa del 78º Salón del Automóvil de Ginebra, en el Palexpo de Ginebra (REUTERS/Denis Balibouse/File Photo)
El presidente de Tata Motors, Ratan Tata, se dirige a los periodistas durante el primer día de prensa del 78º Salón del Automóvil de Ginebra, en el Palexpo de Ginebra (REUTERS/Denis Balibouse/File Photo)

Ratan Tata fue una de las personas más admiradas en India porque tenía un perfil único en el ámbito empresarial, especialmente en el contexto de los cambios que trajo la liberalización económica del país. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Tata mantuvo un estilo de vida modesto y se caracterizó por su humildad. Además, se mantuvo alejado de rumores de corrupción o escándalos, y evitó involucrarse abiertamente en la política, lo que contribuyó a fortalecer su reputación en el ámbito empresarial y social indio.

A pesar de que su empresa fue superada por competidores, Ratan Tata destinó millones a iniciativas de educación y salud a través de sus fundaciones, manteniendo siempre un enfoque social. En la década de 2000, concibió el proyecto del Tata Nano, un automóvil con un precio inferior a 2.500 dólares que aspiraba a convertirse en el “coche del pueblo” para los sectores de bajos ingresos en India. Sin embargo, el modelo no logró alcanzar el éxito en ventas esperado.

El miércoles por la noche, el primer ministro Narendra Modi encabezó los homenajes que se multiplicaron en todo el país, destacando la integridad personal de Ratan Tata y su legado más allá del ámbito empresarial. Modi lo describió como un “líder empresarial visionario, alma compasiva y ser humano extraordinario”, resaltando su labor en la promoción de la educación, la atención sanitaria, el saneamiento y el bienestar animal.

Ratan Tata y Narendra Modi asistiendo a la ceremonia de inauguración de una nueva planta para la Tata Nano en Gujarat (REUTERS/Amit Dave/File Photo)
Ratan Tata y Narendra Modi asistiendo a la ceremonia de inauguración de una nueva planta para la Tata Nano en Gujarat (REUTERS/Amit Dave/File Photo)

Manmohan Singh, ex primer ministro y miembro del Partido del Congreso, elogió la “visión y humanidad” de Ratan Tata, que se reflejaban en sus acciones filantrópicas. Además, destacó su valentía para “decir la verdad a quienes estaban en el poder”.

Los homenajes también llegaron desde diversas embajadas extranjeras en Nueva Delhi, así como del director ejecutivo de Alphabet, Sundar Pichai, y de la Universidad de Cornell, donde Ratan Tata obtuvo su licenciatura en arquitectura en 1962, mientras vivía con un modesto estipendio mensual. En las últimas décadas, Tata se convirtió en el mayor donante internacional de Cornell.

El jueves, el gobierno del estado de Maharashtra declaró un día de luto. Figuras destacadas de India y ciudadanos comunes se congregaron frente a la residencia de Ratan Tata y en el jardín del Centro Nacional de Artes Escénicas en Mumbai Sur, donde fue colocado su féretro, para rendirle un último homenaje.

Agentes de policía llevan el ataúd del expresidente del Grupo Tata, Ratan Tata, el día de su funeral en Mumbai (REUTERS/Hemanshi Kamani)
Agentes de policía llevan el ataúd del expresidente del Grupo Tata, Ratan Tata, el día de su funeral en Mumbai (REUTERS/Hemanshi Kamani)

Ratan Tata, nacido en Mumbai en 1937, pertenecía a la comunidad de los parsis, seguidores de la religión zoroástrica que emigraron desde Persia hace siglos para establecerse en la costa occidental de India tras huir de la persecución. En 1991, asumió la dirección del conglomerado fundado por su bisabuelo más de un siglo antes, que ya era uno de los grupos empresariales más emblemáticos del país. Entre sus activos se encontraban el famoso Hotel Taj Mahal frente al mar en Mumbai, fábricas de acero, plantas de energía, el fabricante de automóviles Tata Motors y la aerolínea que posteriormente se conocería como Air India.

Bajo el liderazgo de Ratan Tata, la compañía amplió aún más su presencia global con la adquisición de Jaguar y Land Rover, mientras que Tata Consultancy Services (TCS) fue clave en el auge de la externalización de servicios de TI en India durante la década de 2000.

En 2012, Ratan Tata renunció como presidente del grupo, sumiendo al clan Tata —que llevaba décadas enfrentando dificultades para designar herederos— en una crisis de sucesión. En 2017, tras una prolongada disputa por el control con su sucesor elegido que se resolvió en los medios y en los tribunales, la junta directiva del grupo nombró a Natarajan Chandrasekaran, un ex empleado de Tata Consultancy Services (TCS), como presidente, convirtiéndose en el primer ejecutivo profesional no parsi en asumir el cargo.

Funeral de Ratan Tata (REUTERS/Francis Mascarenhas)
Funeral de Ratan Tata (REUTERS/Francis Mascarenhas)

En 2010, unas grabaciones filtradas revelaron que, al igual que muchos otros magnates empresariales indios, Tata había realizado pagos para influir en políticos, lo que representó un episodio raro y embarazoso. Sin embargo, gracias a su sólida reputación construida durante décadas, Tata logró superar el escándalo sin sufrir un daño significativo a su imagen.

En una entrevista con la BBC emitida en el año 2000, el periodista Karan Thapar preguntó a Ratan Tata si le preocupaba que su empresa estuviera quedándose atrás frente a sus competidores en el sistema indio debido a que “no sobornaba ni facilitaba pagos; ¿eso suele ser una carga?”.

“Más que cualquier otra cosa, uno se siente orgulloso de ello”, respondió Tata. “A veces es un problema... [pero] realmente me gustaría irme a la cama por la noche o despertarme por la mañana sabiendo que no hemos cedido, y aun así hemos tenido éxito”.

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