Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene supervisión continua para comunicar a la sociedad sobre cualquier variación en las medidas de seguridad ante una posible situación crítica.
Este 12 de octubre el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que notifica la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: El Observatorio del Volcán de Fuego reporta la actividad volcánica, durante la noche y madrugada el cráter permaneció nublado, mejorando la visibilidad hacia el amanecer, se han observado explosiones de características débiles que ocurren a un ritmo de 3 a 8 por hora, elevando columnas de gases y ceniza a alturas de 4600 a 4800 metros sobre el nivel del mar, las cuales los vientos desplazan hacia el oeste. Acompañando las explosiones se han escuchado retumbos débiles, algunos con onda de choque. Debido a la dirección del viento, puede producirse la caída débil de ceniza sobre San Pedro Yepocapa, Acatenango y San Miguel Pochuta. Por la tarde y noche, las lluvias podrían provocar el descenso de lahares en diferentes barrancas del volcán.
Volcán de Pacaya
Actividad: El Observatorio del Volcán de Pacaya reporta la actividad en el cráter del cono Mackenney, la cual consiste únicamente en desgasificación de vapor de agua y otros gases que se elevan a 200 metros de altura sobre el cráter, dispersándose aproximadamente 600 metros hacia el sur. No se ha observado incandescencia ni se han escuchado explosiones ni retumbos. Las estaciones sísmicas alrededor del volcán registran algunos eventos de desgasificación y colapsos o caídas de bloques hacia el interior del cráter.
Volcán de Santiaguito
Actividad: El Observatorio del Complejo Volcánico Santa María-Santiaguito reporta la actividad volcánica en el Domo Caliente. Durante la noche y la madrugada se registraron entre 1 y 2 explosiones débiles y moderadas por hora que elevan columnas de gases y ceniza hasta 800 metros sobre el Domo, fue posible observar algunas avalanchas de bloques incandescentes descendiendo por los flancos suroeste, oeste y sureste hasta la base del Domo. El apilamiento de este material piroclástico en dichos flancos forma un promontorio por encima del flujo de lava del año 2022 que ocupa los cauces de Zanjón Seco y San Isidro. La desgasificación es constante, con columnas débiles a moderadas de vapor de agua y otros gases magmáticos que se mezclan con las nubes que cubren la zona. Debido a la dirección del viento puede producirse caída débil de ceniza sobre Loma Linda y San Marcos Palajunoj. Por la tarde y noche, las lluvias podrían provocar el descenso de lahares en los cauces que descienden del domo Caliente. La actividad se mantiene en un nivel elevado por lo que se mantiene la posibilidad de que con las explosiones o bien por efecto de la gravedad, parte del material acumulado colapse y se generen flujos piroclásticos de largo alcance hacia el Suroeste, Sur y Sureste.
Guatemala y el dilema de sus volcanes
Debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren gran parte de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las zonas con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
Aunque en Guatemala se han determinado al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) distingue únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son llamados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las diferencias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de observación de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
El más activo de Centroamérica
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor importancia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos arruinaron parte de la vegetación de los alrededores y enterró parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 desaparecidas y 600 heridos; así como dos millones de habitantes damnificados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en poblados de 45 kilómetros a la redonda.