Ante la actividad eruptiva del volcán de Fuego y los Colosos de Pacaya y Santiaguito, el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene observación continua para comunicar a la población sobre cualquier cambio en las medidas de protección ante una posible crisis.
Este 27 de septiembre el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) ha dado a conocer el más reciente boletín vulcanológico en el que informa la situación de estos tres importantes volcanes de Guatemala.
Volcán de Fuego
Actividad: se registran de 2 a 5 explosiones débiles y moderadas por hora, con columnas de gas y ceniza que se elevan hasta los 4400 msnm ( 14435 pies) y se dispersan de 10 a 30 km en dirección este y sureste. Las explosiones se acompañan de avalanchas que descienden por distintos flancos del volcán y sonidos similares a turbina de avión con duración de 1 a 2 minutos. Así mismo durante la noche y madrugada se observa pulsos incandescentes que alcanzan varios metros de altura sobre el cráter. Se espera caída de ceniza fina en poblados tales como El Rodeo, El Zapote y Alotenango. En cuanto a la actividad explosiva, seguir las recomendaciones descritas en el boletín especial BEFGO-003-2024.
Volcán de Pacaya
Actividad: la nubosidad cubre la parte alta del edificio volcánico, sin embargo en periodos despejados se observó desgasificación débil alcanzando 150 metros de altura sobre el cráter Mackenney. Durante la noche y madrugada no se observó ningún reflejo incandescente, sin reportes de sonidos o explosiones. La actividad volcánica en niveles bajos. No se descarta la ocurrencia de períodos de desgasificación prolongados o columnas de desgasificación con abundante ceniza.
Volcán de Santiaguito
Actividad: se observa desgasificación débil sobre el domo Caliente, con pulsos cortos de incremento alcanzando hasta 700 m de altura. Durante la madrugada se registraron explosiones débiles que provocaron incandescencia y avalanchas en dirección oeste, suroeste, sureste y noreste. No se descarta que se generen explosiones y avalanchas de características moderadas, las cuales puedan formar una columna de gas y ceniza con altura de hasta 3400 msnm (10498 pies). Dicha ceniza puede dispersarse a 10 a 30 km hacia el este y sureste, provocando caída de ceniza fina en Finca El Faro, Finca Patzulin, Finca La Soledad, El Palmar y Santa María de Jesús. Es posible que se produzcan avalanchas fuertes y sonidos audibles a varios kilómetros del edificio volcánico. No se descarta la ocurrencia de flujos de bloques y ceniza de características moderadas a fuertes, como también posibles flujos piroclásticos de largo alcance en diferentes direcciones, por lo tanto seguir las recomendaciones del boletín especial BESAN-004-2024.
Guatemala y sus volcanes
Debido a su localización en el Cinturón de Fuego del Pacífico, los volcanes cubren la mayor de la geografía del país, lo que lo convierte en una de las áreas con mayor densidad de estas formaciones rocosas.
No obstante en Guatemala se han reconocido al menos 324 estructuras de origen volcánico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) reconoce únicamente 32 volcanes, mientras que la Federación Nacional de Andinismo dice que son 37. Los 287 restantes son denominados por el INSIVUMEH como “focos eruptivos”.
Sin embargo, independientemente de las discrepancias, en el presente son tres los volcanes que se encuentran activos y que son objeto de vigilancia de las autoridades guatemaltecas: el volcán de Fuego, de Pacaya y de Santiaguito.
El volcán de Fuego y sus erupciones
Ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, el de Fuego es el estratovolcán más activo de América Central y uno de los que tiene mayor trascendencia a nivel mundial.
Con más de 3763 metros sobre el nivel del mar, este volcán ha registrado a lo largo de su historia diversas erupciones violentas, como la de 1932, cuando cubrió con ceniza a la ciudad de Antigua Guatemala y algunas partes de Honduras y El Salvador; la de 1974 cuando sus flujos piroclásticos destruyeron parte de la vegetación de los alrededores y escondió parcialmente las comunidades de San Pedro Yepocapa y Acatenango.
El 3 de junio de 2018 tuvo su mayor erupción en lo que va del nuevo milenio, con columnas de ceniza que alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Esta actividad dejó 300 personas muertas, 200 no localizadas y 600 lesionados; así como dos millones de habitantes damnificados.
El reporte de su última actividad fuerte fue el pasado 12 de diciembre de 2022, cuando el volcán entró en erupción dejando columnas de ceniza de 500 metros de altura y generando un flujo de lava de 800 metros, con caída de ceniza en localidades de 45 kilómetros a la redonda.