Indonesia
En primer lugar visitó Indonesia, una excolonia holandesa que cuenta con 275 millones de habitantes; y con 17.500 islas es el mayor archipiélago del mundo. Tiene una mayoría musulmana y el catolicismo representa el 3%, los cristianos son un 7% y otras minorías religiosas son el hinduismo, el budismo y el confucianismo. Se independizó en 1949. Rige una democracia con interrupciones. Recibió la primera visita de la Iglesia del Papa Pablo VI en 1970. La desigualdad es bien notable. Yakarta es una capital con una minoría que vive en lujosos rascacielos y una mayoría en barrios pobres o “kampung”. Su economía está basada en las grandes reservas de níquel, carbón, petróleo y gas del país. Su comercio está ligado en especial a China y a Rusia.
El Santo Padre celebró el jueves 5 una misa en Yakarta, en un campus para cien mil personas que llenaron dos estadios contiguos. Tras la misa, el Papa recorrió en “papamóvil” un trayecto entre la multitud a lo largo de 45 minutos. El camino del diálogo y en especial el diálogo interreligioso para vencer la intolerancia y para construir una civilización de paz y la defensa de la “unidad en la multiplicidad, justicia social y bendición divina”. Ese fue su mensaje central.
Papúa Nueva Guinea
El viernes 6, a las 9:15 despegó hacia Puerto Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea, arribando a esta a las 18:50. Tras la visita a autoridades en la mañana del 7, por la tarde visitó a los niños de “Street Ministry” y “Callan Services” en la escuela secundaria técnica de Cáritas y luego se reunió con sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas en el santuario de María Auxiliadora.
En Port Moresby se fue al estadio Sir John Guise para su último encuentro público en Papúa Nueva Guinea. Danza y saludo del responsable de la Comisión para la Juventud y otros testimonios. El Papa pronunció un discurso que fue un diálogo entre él y la multitud de jóvenes en medio de un clima festivo. El Papa agradeció su alegría y esperanza.
“Queridos jóvenes, no quería irme de aquí sin encontrarme con ustedes, porque ustedes son la esperanza del futuro”
Y Francisco habló de los dos modelos: “…dos modos opuestos de vivir y de construir la sociedad. Uno lleva a la confusión y a la dispersión, mientras el otro, a la armonía del encuentro con Dios y con los hermanos.” Habló del sentido de la vida y del futuro. Dialogó con los jóvenes sobre el amor y el odio, sobre la indiferencia y el egoísmo, sobre el cuidado, la amistad y sobre los abuelos. Sobre el lenguaje del amor y el lenguaje del servicio. Sobre los errores, su reconocimiento, el enmendarse, sobre las caídas y el levantarse. Discursos de los jóvenes a coro y del Papa Francisco, memorables.
Salió en avión, a las 13:00, desde el Aeropuerto Internacional “Jacksons” de Puerto Moresby hacia Vanimo, capital de la provincia de Sandaun en el noroeste de Papúa Nueva Guinea y a las 15:30 se reunió con los fieles de la diócesis de Vanimo en la explanada frente a la Catedral de la Santa Cruz.
Desde Papúa Nueva Guinea partió con destino a Timor Oriental.
Timor Oriental
De mayoría católica, al igual que Filipinas, Timor Oriental esperó con ansias la llegada del Papa Francisco. Este país de poco menos de un millón y medio de habitantes, ex colonia portuguesa primero que vivió bajo el dominio de Indonesia después, se independizó en 2002 y estableció un régimen democrático semipresidencialista. Cientos de miles de personas se volcaron a las calles para darle la bienvenida a Francisco, primer pontífice en visitar al Timor Oriental independiente.
“Ustedes son un pueblo sufrido, pero sabio en el sufrimiento”, dijo el Papa y refiriéndose a la pobreza de su población -un 50% vive bajo la línea de esa condición y hay un alto grado de analfabetismo- expresó:
“Pienso también en la pobreza presente en muchas zonas rurales, y en la consiguiente necesidad de una acción coral amplia que implique a las múltiples fuerzas y distintas responsabilidades, religiosas y sociales, para ponerle remedio y ofrecer alternativas viables a la emigración”, agregó.
Contra las plagas sociales y el abuso de consumo de alcohol
El Papa lamentó también las “plagas sociales como el abuso en el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes y su incorporación a las bandas”. “Y no olvidemos a tantos niños y adolescentes heridos en su dignidad; todos estamos llamados a actuar con responsabilidad para prevenir todo tipo de abuso y garantizar un crecimiento sereno a nuestros jóvenes”, añadió.
En todos los recorridos que hizo el Papa -del aeropuerto a la nunciatura, de ahí al Palacio Presidencial y de nuevo a la nunciatura de Dili, ciudad capital, las multitudes se agolpaban a un lado y otro de las calles para saludar al Papa.
Francisco no ocultó estar evidentemente asombrado por la recepción triunfal que tuvo en Dili: “Había chicos por todos lados”, comentó, improvisando y encantado por las cientos de sonrisas de niños y niñas. “Cuiden a su pueblo, el pueblo de ustedes es maravilloso, es un pueblo alegre”, dijo el Papa.
La misa en Timor Oriental tal como informó Infobae oportunamente se celebró en el parque Taci Tolu, junto al mar y concurrieron unas 600 mil personas; antes de emprender su viaje a Singapur el Papa Francisco visitó la escuela Hermanas Alma para niños con discapacidades. Centró su mensaje sobre el niño recién nacido, los jóvenes y la filosofía del cuidado.
Singapur
Después de Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental, el Papa Francisco llegó este miércoles 11 a Singapur, uno de los países más ricos de Asia y del mundo.
El miércoles 11 el Papa Francisco llegó a Singapur, como se sabe uno de los centros financieros más importantes del planeta, fue recibido por las autoridades se alojó en el centro de la Compañía San Francisco Javier donde tras tener un encuentro con los jesuitas descansó. Singapur es una ciudad-estado de lujosos rascacielos, extraordinario desarrollo, alto nivel de ingreso per cápita y que, en materia religiosa acorde a esas características, reviste alto grado de secularización, no obstante reina el pluralismo en materia política e ideológica y la multiculturalidad. En materia religiosa un 33% es budista, cristianos evangélicos un 18%, musulmanes un 15% y el resto se divide entre las minorías taoístas, hinduistas y católicos.
Singapur tiene un alto nivel de cultura política y un alto nivel de vida de su población, cuenta con servicios de salud y educación públicas y privadas de excelencia y lleva a cabo una política de represión efectiva contra la droga y la corrupción de los funcionarios.
La lucha contra la droga y la corrupción de los funcionarios
Este gran país, de política inserta en el más avanzado capitalismo, mantiene a través de décadas como política de estado el fuerte combate a cualquier manifestación de narcotráfico y el crimen organizado, a punto tal de sancionar con la pena de muerte los delitos de tenencia, contrabando o venta de estupefacientes. Al mismo tiempo combate fuertemente la corrupción de los funcionarios contando con los más bajos índices de adicciones y de corrupción.
Después de las reuniones con las autoridades, realizó una visita a un grupo de ancianos y enfermos en la Casa 'Santa Teresa' y luego un encuentro interreligioso con jóvenes en el 'Catholic Junior College' para después regresar a Roma.
El Santo Padre tuvo términos elogiosos por el alto grado de crecimiento logrado, que se hayan “esforzado por construir una sociedad en la que la justicia social y el bien común se tengan en gran estima”, su compromiso con el ambiente y el “mosaico de etnias, culturas y religiones que conviven en armonía” en esta diminuta, híperordenada y limpia isla del sudeste asiático, y pidió que se contemplara en especial la situación de los excluidos, los pobres y los migrantes que Singapur recibe para prestar su mano de obra por bajos salarios.
El Papa Francisco, en el final de su viaje por países de Asia y Oceanía, presidió una misa ante 50.000 católicos -que aquí representan el 3,5% de la población- en el estadio nacional de la ciudad-estado. Entonces insistió en su prédica por una mayor igualdad, la solidaridad y asimismo afirmó que el dinero, la técnica, la ingeniería son importantes pero “en el primer lugar se encuentra el amor porque el amor edifica”.
Carácter apoteótico y sagrado del encuentro del Espíritu del Pueblo con el Espíritu Santo que provoca Francisco en su Revolución de la ternura
Finalizaron las recientes visitas internacionales del Papa Francisco a pueblos de Asia y Oceanía. Finalizaron el viernes pasado. Tal como se reflejó en las imágenes recibidas, como en las crónicas de quienes participaron de los encuentros, se trató de un viaje extraordinario y no por ser el más extenso. El anciano pontífice, que a poco de cumplir sus 88 años, el 3 de septiembre pasado inició, en el Aeropuerto Internacional Soekarno-Hatta en Tangerang, en las afueras de Yakarta, un extenuante y riesgoso periplo lo culminó con la fuerza de un joven misionero ayer en Singapur. ¿No es eso extraordinario? Después de haber tenido una maratónica sucesión de actos, escuchas, discursos e innumerables encuentros con autoridades y clérigos. Bendiciendo. Haciendo sentir, en todo momento, la presencia divina. Haciendo acto e imagen de realidad la Palabra que trae fecundidad, crecimiento, salud y remedio: “Yo volveré hacia vosotros mi rostro; yo os haré fecundos y os multiplicaré” (Lv 26.9). Cientos de actos, encuentros, ceremonias, abrazos, diálogos con niños y niñas, miles de jóvenes, millones de criaturas sedientas de fe en cientos de lenguas fundidas en una sola lengua, un solo Espíritu, un solo Dios verdadero y un destino feliz. Se veía a cada momento al Santo Padre colgado y suplicante de la mano del Señor entre los miles de hermanos orientales. Un Papa criatura que después de hacer las veces de Dios bendiciendo a la multitud recibía el abrazo de su ovación y agradecimiento. Es algo extraordinario en un mundo signado por la tercera guerra mundial a pedazos.
Este cronista puede afirmar que el diálogo con este Papa transporta a los jóvenes a una hora sagrada, donde las palabras son campanas que anuncian, que impulsan a comenzar una nueva jornada, a ser mejor, a renacer, a luchar de nuevo, a obrar reconociendo que podemos vivir este otro día y que el día tiene un quehacer humano y un origen divino y que la vida es un camino que necesita dirección tanto como la vida necesita sentido.
Al decir de los periodistas que integraron la comitiva de Francisco, la devolución de los jóvenes provocó en algunos instantes el desborde emocional de sus lágrimas, cuando, tratando de dedicarse todo en el servicio a ellos, yendo de aquí para allá, trazando con su mano la señal de la cruz en sus frentes, recibió la gratitud y un amor interminable irradiando alegría y esperanza. Rayos de luz que se hicieron a veces obsequios acariciados por los ancestros y las familias humildes provenientes de diversas religiones y remotos lugares de esas periferias. Y como de la luz viene el Verbo, este fluyó de su boca y de sus gestos y de su mirada.
Pueblo y Dios es una relación espiritual que el Santo Padre desencadena
En los centros y en la periferia. Las escenas que difundían algunos medios y que transmiten algunos cronistas, sorprendía que jóvenes musulmanes o budistas se acercaran con fruición a abrazar al Jefe de la Iglesia Católica, un extranjero que no profesa sus creencias ni habla su lengua. La unión de las multitudes en la diversidad en cuanto a pobreza y riqueza, etnias, credos, historias, lenguas, nos hizo sentir que no podíamos dejar de asociar estos encuentros, de pueblos de Oriente y de Oceanía, con lo sagrado. También con lo apoteótico. Este último término no en su sentido etimológico, es decir referido a los héroes que eran asociados con los dioses en la Antigua Grecia sino, en el sentido según el cual -más allá de la innegable proeza física, espiritual, política y moral del Papa Francisco- es evidente que estuvo presente la intervención del Espíritu Santo. Es como si las visitas hayan estado dictadas por el Señor y este hubiera acompañado cada paso. Dios, uno y trino, vibró en el Pastor y se ligó con los pueblos. Se sintió en cada aparición, en cada reencuentro, en cada gesto o discurso con que anunciaba la Palabra. Demostración cabal que la dualidad Pueblo y Dios es una relación espiritual que el Santo Padre a través de su acción pastoral desencadena. No es apoteótico el representante de Pedro, la relación es apoteótica y sagrada, la relación que él desencadena. Tenemos la impresión de que en este sentido, cada visita, en especial la visita a Timor Oriental y todas las visitas tuvieron ese carácter sagrado y el espíritu de unidad de lo colectivo y diverso.