Qué santo se celebra el 25 de junio; así fue su vida

Cada una de las personas reconocidas como santos o beatos tienen asignada una fecha en el calendario para ser conmemorados

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Majestuosidad de santos católicos en el arte barroco de vidrieras en catedrales. Todos los días hay una celebración onomástica. (Imagen ilustrativa Infobae)
Majestuosidad de santos católicos en el arte barroco de vidrieras en catedrales. Todos los días hay una celebración onomástica. (Imagen ilustrativa Infobae)

Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.

Todos los días, como se indica en el calendario santoral, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.

Este es el santoral del martes 25 de junio.

Celebración del día: San Máximo de Turín

Obispo y escritor de teología. Nació probablemente en Retia, alrededor del año 380. Murió poco después del 465. Únicamente existen dos fechas comprobadas históricamente acerca de su vida. En 451 fue enviado al sínodo de Milán en el que los obispos del norte de Italia aceptaron la famosa carta (epistola dogmatica) de León I. En ella se definía la doctrina ortodoxa de la Encarnación en contra de los nestorianos y eutiquianos (Mansi, “SS. Conc. Coll. Ampl.”, VI, 143).

Máximo es el octavo de diecinueve firmantes y como el orden se determinaba por la edad, Máximo debe haber tenido cerca de setenta años. La segunda fecha establecida es el 465, cuando él estuvo en el sínodo de Roma (Mansi, VII, 959, 965 ss.). En este caso la firma de Máximo sigue inmediatamente después de la del Papa, demostrando con ello que él era el más anciano de los 48 obispos presentes.

La fecha aproximada y el sitio de su nacimiento pueden ser deducidos de un pasaje del Sermo 81(P.L., LVII, 695), en el que él mismo se nombra testigo del martirio de tres sacerdotes misioneros en 397, en Anaunia, en los Alpes de Retia. La historia no hace mención alguna de él después del 465. Es el primer obispo de que se tiene memoria en Turín, que en ese entonces era diócesis sufragánea de la sede de Milán. Su sucesor fue san Víctor. Su nombre aparece en el martirologio romano, el día 25 de junio y la ciudad de Turín lo honra como su santo patrono. Después del siglo XI se escribió una biografía suya, de muy poca credibilidad, que está en las “Acta SS.”, de Junio, VII, 3ª, edición, 44-46. En ella se narra, por ejemplo, que cierto día, un clérigo lo siguió con aviesas intenciones hasta una capilla desierta a la que el santo frecuentemente se retiraba a orar. De repente, el clérigo fue presa de tal sed que debió pedir ayuda a Máximo. Una cierva pasaba ahí en ese instante y Máximo la detuvo para que el clérigo pudiera beber de su leche. Esta leyenda explica porqué san Máximo siempre es representado señalando hacia un ciervo.

Fue autor de numerosos discursos, editados en primera instancia por Bruni y publicados por órdenes de Pío VI en Propaganda Fidei en 1784 (reimpresos en P.L., LVII). Esos discursos, pronunciados por el santo ante el pueblo, consisten de 118 homilías, 116 sermones y seis tratados (tractatus).

Las homilías 1-16 son de tempore, o sea, siguiendo los tiempos del calendario litúrgico y en las fiestas de Nuestro Señor; 64-82, de sanctis, o sea, pronunciadas con ocasión de la fiesta del día; 83-118, de diversis, o sea, exegéticas, dogmáticas y morales. Los sermones 1-55 son de tempore; 56-93, de sanctis; 93-116, de diversis. Tres de los tratados se refieren al bautismo, uno es apologético contra los no creyentes y uno contra los judíos. De los últimos dos sólo quedan fragmentos, de cuya genuinidad se duda. El sexto tratado, de cuya genuinidad también existen dudas, contiene breves discursos sobre 23 temas sacados de los Cuatro Evangelios. Un apéndice recoge escritos de incierta autoría: 31 sermones, tres homilías y dos epístolas largas, dirigidas a un amigo enfermo. Muchos de los escritos que Bruni atribuye a Máximo son de dudoso origen. Los discursos son generalmente muy breves y redactados en un lenguaje muy fuerte, aunque a veces demasiado florido.

Entre los muchos temas de liturgia e historia tratados en los discursos están: la abstinencia de la Cuaresma (homilía 14), la prohibición de ayunar y arrodillarse para orar durante el tiempo pascual (homilía 61), el ayuna de la vigilia de Pentecostés (homilía 62), el sínodo de Milán del año 389, en el que fue condenado Joviniano (homilía 9), la próxima invasión de los bárbaros (homilía 94), la destrucción de la iglesia de Milán a manos de los bárbaros (homilía 94), varias supersticiones paganas que aún sobrevivían en su tiempo (homilías 16, 100-102), la supremacía de san Pedro (homilías 54, 70, 72; sermón 114).

Todos sus discursos manifiestan gran preocupación acerca del bienestar de su grey. En muchos incluso ataca los resurgimientos del paganismo y defiende la fe ortodoxa frente a los ataques de la herejía.

Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este martes 25 de junio como los siguientes:

San Adalberto

Santa Eurosia

San Francisco Do Minh Chieu

San Galicano de Alejandría

San Guillermo de Goleto

San Moloc de Escocia

San Próspero de Aquitania

San Próspero de Reggio

San Salomón de Bretaña

San Sosíprato

Santa Tigris de Maurienne

Santo Domingo Henares

Beata Dorotea de Montau

Beato Juan Hispano

Cuántos santos hay en la Iglesia Católica

Vista general de una Misa por la canonización del cardenal británico del siglo XIX John Henry Newman, una laica suiza, una monja india, una monja italiana y una monja conocida como la "Madre Teresa de Brasil", en el Vaticano, 13 de octubre de 2019. (REUTERS/Remo Casilli)
Vista general de una Misa por la canonización del cardenal británico del siglo XIX John Henry Newman, una laica suiza, una monja india, una monja italiana y una monja conocida como la "Madre Teresa de Brasil", en el Vaticano, 13 de octubre de 2019. (REUTERS/Remo Casilli)

El santoral es el conjunto de personas (mujeres y hombres) que son veneradas por la Iglesia al ser proclamados como santos o beatos en una fecha determinada en el calendario.

En el trayecto hacia la canonización hay cuatro pasos: el primero es ser nombrado como siervo de Dios, el segundo es ser venerable; el tercer paso es ser beato y, finalmente, el cuarto paso es ser santo.

La beatificación sólo la pueden lograr los fieles que hayan fallecido con fama de ser santos en diversos sitios y este proceso se puede llevar a cabo de dos formas: a través de una causa de virtudes heroicas y la segunda es el martirio, es decir, si la persona murió a causa de su fe.

Por otro lado, el proceso para convertirse en santo implica sumar el nombre de la persona santificada en el canon (lista de santos reconocidos) y con ello se permite que la comunidad creyente le rinda culto público y universal, en tanto, se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican altares, capillas y se reconoce su poder para interceder ante Dios.

Aunque la Iglesia no ha dado una cifra exacta, se cree que actualmente habría hasta nueve mil santos reconocidos. De acuerdo con el Martirologio Romano, actualizado en el 2005, la Iglesia Católica cuenta con al menos siete mil santos, aunque no se cuenta a los mártires, por lo que muchos piensan que incluso la cifra podría llegar a las 20 mil personas.

En la historia reciente, el Papa Juan Pablo II logró canonizar a 388 santos, mientras que el papa Francisco ha batido todos los récords luego de que al día de hoy ha canonizado a 898 santos, 800 de ellos al mismo tiempo.

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