Hace unas décadas, incluso siglos, los ancestros acostumbraban a nombrar a sus hijos con el nombre del santo del día en que nacieron, no en vano en las famosas “Mañanitas” hay una estrofa que dice: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
El onomástico hace alusión día en que se festeja algún santo, aunque es común que mucha gente lo use como sinónimo de cumpleaños, lo cual es erróneo, pues al hablar de él sólo se alude al listado de los nombres del santoral.
Como todos los días del año, hoy también se conmemora a las mujeres y hombres que destacaron por tener conexiones especiales con las divinidades, que hicieron buenas acciones por el prójimo y que tenían una elevada ética y moral, motivos que los llevaron a ser canonizados o beatificados y formar parte del santoral.
Este es el santoral del martes 4 de junio.
Celebración del día: Santa Noemí
Noemí (נָעֳמִי, “agradable” en hebreo) es un personaje bíblico del Antiguo Testamento. Era suegra de Rut, quien fue antepasada de David y esposa de Elimélec, efrateo de Belén de Judá en la época de los jueces. Debido a un hambre severa, se mudó a Moab con su esposo y sus dos hijos, Mahlón y Kilión. Allí murió Elimélec. Posteriormente, los hijos se casaron con las moabitas Orpá y Rut y unos diez años más tarde ambos murieron sin descendencia.
Desconsolada, Noemí decidió volver a Judá. Las dos nueras viudas iniciaron el viaje de regreso con ella, pero Noemí les recomendó que se volvieran y se casaran en su propia tierra, pues ella misma se había hecho “demasiado vieja para llegar a pertenecer a un esposo”, de modo que no podía tener más hijos con quienes ellas pudieran casarse. Orpá se volvió, pero Rut permaneció con Noemí por amor a ella y a su Dios, Jehová.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este martes 4 de junio como los siguientes:
Santa Ruth
San Francisco Caracciolo
San Gualtero de Servigliano
San Metrófano de Bizancio
Santos Nicolás y Trano
San Optato de Milevi
San Petroc de Cornualles
San Quirino de Sisak
Beato Felipe Smaldone
Qué es la canonización
La iglesia católica y ortodoxa utiliza la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida que durante su vida hizo sacrificios o estuvo relacionada a un evento divino a favor de la iglesia.
Esto implica incluir el nombre de la persona en el canon (lista de santos reconocidos) y se concede el permiso de la iglesia católica de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media. En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar.
Para la iglesia católica existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, se considera si la persona vivió las virtudes cristianas en un grado heroico o si sufrió martirio a causa de su fe, asimismo, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir).
El catolicismo en el mundo
El catolicismo es una de las religiones que más se practican en el mundo. Los datos más recientes del Vaticano -particularmente de su Anuario Estadístico Eclesial- señalan que hay más de mil 360 millones de católicos en el orbe.
El continente americano es donde más católicos prevalecen, con casi la mitad de los registrados por el Vaticano, siendo más de una cuarta parte ubicados en Sudamérica.
En los últimos años, el Vaticano ha dado cuenta que la presencia de católicos ha aumentado de forma importante en dos continentes: Asia -particularmente el Medio Oriente- y África.
En contraste, los religiosos en Europa han ido a la baja, mientras que en Oceanía se han mantenido estables.