En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener importancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre será benéfico en todos los ámbitos.
En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que se poseen; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer más serio y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden, por el contrario, dar un pensamiento negativo que te haría parecer descuidado o poco preparado.
Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien redactado habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.
Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza del léxico.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, mediante la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, se ha aliado con la RAE y emite a través de su página web y de manera constante diversos tips para que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre cómo se escribe correctamente cierta palabra, cómo se usa una expresión o tips de temáticas varias.
Usos y ejemplos
El anglicismo fake tiene alternativas en español como falso , falseado o manipulado , entre otras opciones.
En noticias de todo tipo empieza a proliferar esta voz en ejemplos como los siguientes: «Aparecen carteles ‘fake’ para espantar a los turistas», «Las fotos ‘fake’ del papa con abrigo» o «Estas terapias son ‘fake’ y solo verás sus efectos en tu bolsillo».
A partir de la expresión fake news , se está extendiendo el adjetivo fake para aludir de modo indefinido a cualquier tipo de información, imagen, producto, servicio, etc., que ha sido creado, presentado o modificado de tal modo que el resultado no es real o carece de las características que debería tener . También se emplea con frecuencia sustantivado, como en «No tardaron en denunciar que la imagen era un fake».
Al hecho de que fake se haya convertido en un comodín con múltiples sentidos se une que es un anglicismo innecesario en español, pues hay alternativas más claras y precisas , como falso , falseado , manipulado , retocado , simulado , fraudulento , ficticio, de imitación o fingido , a las que se pueden añadir opciones más informales como de pega . Cuando se emplea como sustantivo, se podría sustituir por montaje , camelo , imitación , manipulación , cuento , mentira, patraña …, según el caso.
Así, en los ejemplos anteriores y entre otras posibilidades, se podría haber escrito «Aparecen carteles falsos para espantar a los turistas», «Las fotos retocadas del papa con abrigo» y «Estas terapias son una patraña y solo verás sus efectos en tu bolsillo».
¿Cuál es la función de la RAE?
Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.
Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.
Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.
Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.
Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.
Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.
La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.