Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.
Todos los días, marcados en el calendario, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.
Este es el santoral del miércoles 17 de enero.
Celebración del día: San Antonio Abad
Este ilustre pionero del monaquismo nació en Egipto hacia el año 250.
Al morir sus padres, distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró al desierto, donde comenzó a llevar una vida de austeridad y penitencia.
Reunió en torno a él muchos discípulos, supo confortar a muchos confesores de la fe durante la persecución de Diocleciano y apoyó firmemente a San Atanasio en sus luchas contra los arrianos.
Murió el año 356 y la leyenda dice que a la edad de 105.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este miércoles 17 de enero como los siguientes:
San Jenaro Sánchez Delgadillo
San Julián Saba
San Marcelo obispo
Santa Roselina
San Sulpicio Pío
Beato Gamalberto
El origen de los santos
La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.
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