Hace décadas, incluso podría hablarse de siglos, los padres solían asignar el nombre de pila a sus hijos acorde a la festividad de los santos de ese día, incluso entre católicos y ortodoxos aún se conserva la costumbre de felicitar a las personas en el día de su santo. No en vano en las famosas “Mañanitas” hay una estrofa que dice: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
El onomástico hace alusión día en que se festeja algún santo, aunque es común que mucha gente lo use como sinónimo de cumpleaños, lo cual es erróneo, pues al hablar de él sólo se alude al listado de los nombres del santoral.
Como todos los días del año, hoy también se conmemora a las mujeres y hombres que destacaron por tener conexiones especiales con las divinidades, que hicieron buenas acciones por el prójimo y que tenían una elevada ética y moral, motivos que los llevaron a ser canonizados o beatificados y formar parte del santoral.
Este es el santoral del sábado 4 de noviembre.
Festejo del día: San Carlos Borromeo
Patrono de Banca y Bolsa.
Nació el año 1538 en Arona (Italia).
Terminados sus estudios de derecho, su tío el papa Pío IV lo nombró cardenal y le encomendó diversos asuntos del papado.
Más tarde fue nombrado obispo de Milán donde fue un verdadero pastor de su grey, entregándose sin reservas a los fieles.
Cuidó con esmero a sus sacerdotes, convocó sínodos y decretó muchas disposiciones destinadas a poner por obra los mandatos del Concilio de Trento.
Su labor supuso una mejora de las costumbres y un incremento de la vida cristiana en su diócesis.
Murió el día 3 de Noviembre del año 1584.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este sábado 4 de noviembre como los siguientes:
San Agrícola de Bolonia
San Amancio de Rodez
San Emerico de Hungría
San Hermas de Licia
Santa Modesta de Tréveris
San Nicandro de Mira
San Perpetuo de Maastrich
San Pierio de Alejandría
San Vidal de Bolonia
Beata Elena Enselmini
Beata Francisca de Amboise
Qué se necesita para ser nombrado un santo
La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.
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