Tip de ortografía: ¿Rentable o costo efectivo?

La Real Academia Española tiene como principal función el velar por la lengua española ante su continua adaptación a las necesidades de los hablantes

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En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener importancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre será benéfico en todos los ámbitos.

En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que se poseen; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer más serio y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden, por el contrario, dar un pensamiento negativo que te haría parecer descuidado o poco preparado.

Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien escrito habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.

Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza del léxico.

En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, mediante la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.

La Fundación del Español Urgente (Fundéu), una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, se ha aliado con la RAE y emite en su página web y de manera constante diversas recomendaciones para que los ciudadanos puedan resolver sus dudas sobre cómo se escribe correctamente cierta palabra, cómo se usa una expresión o tips de temáticas varias.

Usos y ejemplos

Para expresar que algo permite un ahorro o una ganancia que compensa el coste o esfuerzo requerido para su logro, el término asentado y adecuado en español es rentable, no costo-efectivo.

En los medios, sobre todo en las noticias relacionadas con la economía o la medicina, no es raro encontrar ejemplos en los que se emplea la última forma, calcada del inglés cost-effective: «Invertir en la naturaleza es lo más costo-efectivo para la crisis hídrica», «Es una de las inversiones más costo-efectivas» o «El reemplazo total de rodilla es un procedimiento costo-efectivo en los pacientes con obesidad».

Tal como señala el Diccionario de términos económicos, financieros y comerciales de Alcaraz y Hughes, el inglés cost-effective tiene como equivalentes rentable y beneficioso, así como eficiente o eficaz con relación al coste. Aunque se trata de un concepto esencialmente económico, también se emplea en otros ámbitos, como el médico, donde eficiente, sin más, es una posible alternativa, dado que el concepto de eficiencia ya implica el logro de un resultado con el mínimo posible de recursos.

La idea que transmite el giro relación costo-efectividad puede expresarse muy a menudo y de modo más sucinto con las voces rentabilidad o eficiencia.

Así, en los ejemplos anteriores se podría haber escrito «Invertir en la naturaleza es lo más rentable para la crisis hídrica», «Es una de las inversiones más rentables» y «El reemplazo total de rodilla es un procedimiento eficiente en los pacientes con obesidad».

De optarse por el calco, la escritura sería costoefectivo, es decir, junto y sin guion, por lo que no son adecuadas las formas costo-efectivo ni costo efectivo, aunque esta última combinación sí es correcta para precisar que se trata de un costo (o coste) que es efectivo, es decir, real o verdadero: «El costo efectivo de la maquinaria incluye el precio del equipo, los impuestos y los costos financieros».

¿Cuál es el papel de la RAE?

(RAE)
(RAE)

Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.

Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.

Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.

Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.

Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.

Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.

La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.

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