El euro cotizó al cierre a 39,44 córdobas nicaragüenses en promedio, lo que supuso un cambio del 0,33% con respecto a los 39,57 córdobas nicaragüenses en promedio de la jornada previa.
Si consideramos los datos de la última semana, el euro acumula una disminución del 0,31%; pero en el último año acumula aún un incremento del 10,73%.
Si confrontamos el valor con días pasados, cambió el sentido del dato previo, en el que se saldó con un ascenso del 0,32%, demostrando que no es capaz de establecer una tendencia últimamente. La volatilidad referente a la última semana es visiblemente inferior a los datos conseguidos para el último año (12,9%), presentándose como un valor con menos variaciones de lo esperado recientemente.
El córdoba nicaragüense
El córdoba es la unidad monetaria de uso legal en Nicaragua y se abrevia NIO; está dividida en 100 centavos y su circulación se encuentra controlada por el Banco Central de ese país.
La moneda toma su nombre en honor del segundo apellido del conquistador español, el Capitán Francisco Hernández de Córdoba, que además fundó las ciudades de Granada y de León.
El córdoba fue oficialmente constituido el 25 de agosto de 1908, bajo el mandato del entonces presidente Adolfo Díaz, quien emitió una moneda de 10 córdobas y que reemplazó al peso. La nueva moneda tenía en su momento un valor de 5 córdobas por libra esterlina.
El 13 de noviembre de 1931, el córdoba empezó a cotizarse a un tipo de paridad de 1,10 córdobas por dólar estadounidense, pero luego de varias devaluaciones éste pasó a 7 córdobas por dólar estadounidense entre 1946 y abril de 1979.
No fue sino hasta 1991 cuando el gobierno en turno lanzó un exitoso plan de estabilización monetaria que logró frenar la hiper devaluación y se obtuvo estabilidad en los precios, cambiaria y monetaria. A partir de enero de 1993 el país pasó al sistema de minidevaluación que desde 2019 es del 3% anual.
En la rama económica, Nicaragua ha registrado caídas importantes. En el 2018 y 2019 el Producto Interno Bruto tuvo decrecimientos de -3.7% y en el 2020 de -2%, sin embargo le siguieron aumentos importantes en el 2021 y el 2022.
En recientes informes el Banco Mundial también ha estimado que bajo el gobierno de Daniel Ortega la pobreza incrementó un 13% en el 2022.
Otro de los grandes retos a los que se enfrenta Nicaragua para este año es que el país sigue siendo uno de los menos desarrollados de América Latina, en donde el tener acceso a los servicios básicos es todo un desafío; así como a los estragos que causó la pandemia de coronavirus.
A este contexto se suma que el país se encuentra inmerso en una gran crisis política que ha llevado a Daniel Ortega a asumir su quinto periodo en el 2022.
De acuerdo con los últimos pronósticos que hizo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), luego de que en el 2022 hubiera un avance tras la crisis por la pandemia de coronavirus, para el 2023 se espera un retroceso o un agotamiento del efecto rebote en la recuperación.
Para este año se espera sólo un crecimiento para la región de 1,3%, como resultado de políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones en el gasto fiscal, menores niveles en el consumo e inversión, la poca capacidad para contener la inflación y más.
Según las previsiones de la Cepal, para este 2023 el país logrará que su Producto Interno Bruto (PIB) crezca alrededor de 2.1%, situación que de cumplirse marcaría un tercer año consecutivo con alzas.