La población de leones y leopardos del Parque Nacional Kafue de Zambia ha incrementado lenta pero exitosamente gracias a los esfuerzos que los protectores de la vida salvaje hicieron por décadas en la zona, según datos de un reporte de conservación compartido exclusivamente con la agencia de noticias Reuters.
Sin embargo, el lento incremento en la densidad poblacional de estos grandes felinos se ve amenazada por una práctica silenciosa: el envenenamiento de carnadas. De esta manera, cuando los leones y leopardos salen de las áreas cercadas del Parque Nacional a cazar ganado, pues dentro el alimento no es suficiente debido a la reducción de la cantidad de antílopes, los humanos responden con un ataque que hasta esta última estrategia de rastreo con buitres, había sido difícil de identificar.
Uno de los primeros signos era que además de que la sustancia nociva afectaba a los felinos también una especie colateral se veía afectada y que también está en grave peligro de extinción: los buitres, quienes se veían atraídos por la carnada envenenada.
Así, los investigadores del zoológico de Carolina del Norte y autoridades locales decidieron armar una estrategia de rastreo para dar con el origen del asesinato de estos mamíferos y aves, que consiste en adaptar un sensor con rastreo satelital en el pecho de 19 buitres de dorso blanco y encapuchados desde 2021, de esta manera se podría identificar el lugar que estaba causando la muerte de la vida salvaje que ya se encuentra en grave peligro.
Gracias a esta estrategia ya se ha podido retirar en múltiples ocasiones la carnada envenenada, pero continúan intentando identificar al perpetrador con el objetivo de proteger tanto a leones y leopardos como a otras especies que sufren daños colaterales como los buitres.
Con información de Reuters.