Los franceses, que se enorgullecen de tomar la comida muy en serio, se han visto afectados por las alzas a los precios de los alimentos, lo que los ha orillado a tener que “disminuir” su apetito.
Después de un ajuste a la inflación, el gasto destinado en los hogares para los alimentos cayó en los últimos meses, lo que representa un récord comparando los niveles registrados de marzo de 2009.
De acuerdo con el informe mensual del gasto al consumidor realizado por la agencia de estadísticas INSEE, los consumidores ahora están recortando el gasto a medida que la inflación pasó a un 14% en el mes de mayo.
“Claramente busco las cosas más baratas, las cosas en oferta o las marcas genéricas, comparo precios por kilo o por artículo, lo que no necesariamente hacía antes”, dijo a Reuters Sandra Hamadouche, madre de familia.
Ocho de cada 10 consumidores franceses han adoptado sus hábitos de compra de alimentos en los últimos meses, según una encuesta de Elabe realizada a principios de mayo. Entre los resultados destacan que el 55% dejó de comprar ciertos productos de forma definitiva y 44% cambió a marcas más baratas.
Sin embargo, Francia no está sola en su preocupación por el aumento de los precios de los alimentos, ya que los gobiernos de otros países de Europa como Italia o Gran Bretaña también están considerando medidas excepcionales para controlar los precios.
Con información de Reuters.