Las primeras flores y velas fueron colocadas en las inmediaciones de la escuela primaria de Belgrado, Serbia, en donde nueve personas fueron asesinadas durante un tiroteo escolar sin precedentes en el país y en la región balcánica.
El agresor, quien calculó fríamente el ataque por un mes a través de bocetos de las aulas y con una lista de personas a matar, es un adolescente de 13 años quien usó el arma de su padre para disparar a compañeros, personal académico y profesores.
“Ocho niños y un guardia de seguridad murieron, mientras que seis niños y un maestro de la escuela resultaron heridos”, informó el Ministerio del Interior. Entre los fallecimientos, se identificaron a siete niñas y un niño nacidos entre 2009 y 2011, según el jefe de policía de Belgrado, Veselin Milic.
Milan Nedeljkovic, presidente del distrito de Vracar, declaró que muy probablemente gracias a que el guardia de seguridad se puso frente al agresor, se pudieron salvar más vidas. De esta manera, aunque es lamentable el fallecimiento, se reconoce la valentía y profesionalismo del guardia en toda la nación.
El guardia “quería evitar la tragedia y él fue la primera víctima”, dijo Nedeljkovic a las agencias de noticias. “Probablemente la tragedia sería aún mayor si el hombre no se hubiera parado frente al niño que estaba disparando”, insistió.
El Ministro de Educación, Branko Ruzic, lamentó lo sucedido y condenó el evento como una gran tragedia en el sistema escolar serbio. “Es inimaginable cuando ves esas escenas, cómo fue para esos niños que sintieron ese miedo, para los guardias y maestros cuando trataron de proteger a los niños”, agregó Ruzic.
Por ahora, el móvil de la agresión no se ha esclarecido. Continúan las investigaciones mientras al menos tres estudiantes se encuentran en graves condiciones - por disparos en el estómago, manos, brazos y cuello - entre los seis menores y un profesor heridos.
Con información de AFP