Una trabajadora humanitaria francesa de la Organización No Gubernamental (ONG) Solidarites Internacional, Charlotte Petitjean, una de las 245 personas evacuadas del conflicto en Sudán que llegaron a París declaró que desea volver para ofrecer ayuda.
La mujer de 27 años había estado trabajando en el país tres meses antes de que estallara el conflicto el 15 de abril de este año, ayudando a las comunidades a mejorar el acceso a agua y otras necesidades básicas en la ciudad de el-Genaina en Darfur Occidental.
A pesar de los riesgos, pues las Naciones Unidas reportaron que especialmente los activistas estaban siendo violentados incluso sexualmente, la trabajadora humanitaria declaró que quiere volver a Sudán para reiniciar la asistencia cuanto antes frente al grave desabastecimiento de agua y alimento que los sudaneses enfrentan como consecuencia del conflicto armado entre las paramilitares (RSF por sus siglas en inglés) y el ejército de la nación.
“El principio del trabajo humanitario es estar en el lugar en las peores situaciones, al lado de la población, al lado de los compañeros locales. Ese para mí es el verdadero compromiso”, dijo.
En el país africano, los bombardeos y el fuego cruzado en las calles ha cobrado la vida de al menos 459 personas y ha dejado a más de 4 mil heridos. Por el conflicto, los hospitales han sido atacados y el desabasto nacional de agua y comida encrudece cada día en una nación que ya dependía de programas de ayuda alimenticia.
“En este momento, estamos hablando de 200 mil personas desplazadas alrededor de Darfur, ya estamos mencionando un par de miles que se dirigen hacia Sudán del Sur y Chad”, comentó la organizadora de Solidarite Internacional quien está lista para tomar acciones en campo.
Con información de Reuters