Este jueves cientos de miles de personas se manifestaron en todas las ciudades de Francia para protestar en el doceavo día contra la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron, un día antes de que el Consejo Constitucional emita el fallo sobre si la iniciativa cumple con los parámetros legislativos.
Durante las marchas, se registraron enfrentamientos violentos entre la policía y los manifestantes en el oeste de Francia, mientras que en París los participantes asaltaron la sede de la firma francesa de artículos de lujo LVMH, Louis Vuitton.
Este viernes, la atención mundial se tornará sobre el Consejo Constitucional, la mayor autoridad administrativa del país, pues anunciará su veredicto en la reforma de pensiones el último obstáculo procesal antes de que Macron pueda convertirlo en ley.
La policía esperaba que 400 mil a 600 mil personas salieran a manifestarse en toda Francia, menos de la mitad de los caso 1.3 millones de franceses que salieron a las calles en marzo durante el pico de protestas en inconformidad con la reforma, que incluye aumentar la edad de jubilación de los 62 a los 64.
“No es el momento de ceder, es lo que esperan Macron y [la primera ministra Élisabeth] Borne (...) Hay que seguir demostrando que el pueblo está contra la reforma”, dijo a la AFP Johan Chivert, un estudiante.
Si el tribunal da luz verde, como los ministros confían que lo hará, Macron espera firmar los cambios en la ley de inmediato, allanando el camino para que entren en vigor antes de fines de 2023. Sin embargo, el Consejo Constitucional, cuyos miembros son conocidos como “los sabios”, tiene el poder de bloquear partes de la legislación o incluso rechazarla en su totalidad.
Las encuestas muestran que aproximadamente dos de cada tres franceses están en contra de los cambios en la ley de pensiones, pero Macron argumenta que son esenciales para evitar que el sistema caiga en un fuerte déficit en las próximas décadas.
Con información de AFP