Cáncer de pulmón: causas, síntomas y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

Muchos padecimientos no presentan signos o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)

El cáncer de pulmón es un tipo de cáncer que comienza en los pulmones. Los pulmones son dos órganos esponjosos ubicados en el tórax que toman oxígeno cuando inhalas y liberan dióxido de carbono cuando exhalas.

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo.

Las personas que fuman tienen el mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón, aunque el cáncer de pulmón también puede ocurrir en personas que nunca han fumado. Este aumenta con la cantidad de cigarrillos y la cantidad de tiempo que hayas fumado. Si dejas de fumar, incluso después de haber fumado durante muchos años, puedes disminuir de manera significativa las posibilidades de contraer cáncer de pulmón.

Síntomas

El cáncer de pulmón en general no produce signos ni síntomas en los primeros estadios. Los signos y síntomas del cáncer de pulmón suelen aparecer cuando la enfermedad está avanzada.

Los signos y síntomas del cáncer de pulmón pueden ser:

Una tos reciente que no se va Tos con sangre, incluso en pequeñas cantidades Falta de aire Dolor en el pecho Ronquera Pérdida de peso sin intentarlo Dolor de huesos Dolor de cabeza

Cuándo consultar al médico

Pide una cita con el médico si tienes signos o síntomas persistentes que te preocupen.

Si fumas y no lograste dejar el hábito, pide una cita con tu médico. El médico puede recomendarte estrategias para dejar de fumar, como asesoramiento, medicamentos y sustitutos de la nicotina.

Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Shutterstock)

Factores de riesgo

Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Algunos factores de riesgo se pueden controlar, por ejemplo, dejar de fumar. Sin embargo, otros factores no se pueden controlar, como los antecedentes familiares.

Los factores de riesgo de cáncer de pulmón comprenden lo siguiente:

Tabaquismo

El riesgo de cáncer de pulmón aumenta con la cantidad de cigarrillos que fumes por día y la cantidad de años que hayas fumado. Dejar de fumar a cualquier edad puede disminuir mucho el riesgo de tener cáncer de pulmón.

Exposición al humo de otros fumadores.

Incluso si no fumas, el riesgo de cáncer de pulmón aumenta si estás expuesto al humo de otros fumadores.

Radioterapia previa.

Si te has sometido a radioterapia en el pecho por otro tipo de cáncer, puedes tener un mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón.

Exposición al gas radón.

El radón se produce por la descomposición natural del uranio en el suelo, las rocas y el agua y, con el tiempo, se vuelve parte del aire que respiras. Los niveles peligrosos de radón se pueden acumular en cualquier edificio, incluso en los hogares.

Exposición al asbesto y otras sustancias carcinógenas.

La exposición laboral al asbesto y otras sustancias que se demostró que producen cáncer (como el arsénico, el cromo y el níquel) también puede aumentar el riesgo de tener cáncer de pulmón, sobre todo si eres fumador.

Antecedentes familiares de cáncer de pulmón.

Las personas con un padre, hermano o hijo con cáncer de pulmón tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Diagnóstico

Análisis de personas sanas para detectar cáncer de pulmón

Las personas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón pueden considerar realizarse exámenes de detección anual de cáncer de pulmón mediante tomografías computarizadas de dosis bajas. Los exámenes de detección del cáncer de pulmón generalmente se ofrecen a los adultos mayores que han fumado mucho durante varios años o que han dejado de fumar en los últimos 15 años.

Habla de tu riesgo de cáncer de pulmón con el médico. Juntos podrán decidir si los exámenes de detección del cáncer de pulmón son lo que más te conviene.

Análisis para diagnosticar el cáncer de pulmón

Si existe un motivo que te haga pensar que puedes tener cáncer de pulmón, el médico puede pedir varios análisis para buscar células cancerosas y descartar otras afecciones.

Entre las pruebas, se pueden incluir las siguientes:

Pruebas por imágenes.

Una imagen de rayos X de los pulmones puede revelar un nódulo o un tumor anormal. Una

tomografía computarizada

puede revelar lesiones pequeñas en los pulmones que tal vez no se detecten en los rayos X.

Citología del esputo.

Si tienes tos con producción de esputo, la observación del esputo con el microscopio a veces puede revelar la presencia de células pulmonares cancerosas.

Muestra de tejido (biopsia). Se puede hacer un procedimiento llamado biopsia para el cual se extrae una muestra de células anormales.

Su médico puede realizar una biopsia de varias maneras, incluida la broncoscopía, en la cual su médico examina las áreas anormales de sus pulmones con un tubo con luz que pasa por su garganta y llega a sus pulmones.

Otra opción es la mediastinoscopia, en la que se hace una incisión en la base del cuello y se insertan herramientas quirúrgicas detrás del esternón para tomar muestras de tejido de los ganglios linfáticos.

Otra opción es la biopsia con aguja, en la que el médico utiliza imágenes de rayos X de tomografía computarizada para guiar una aguja a través de la pared torácica y dentro del tejido pulmonar para recolectar las células sospechosas.

También se puede tomar una muestra de biopsia de los ganglios linfáticos o de otras zonas donde el cáncer se haya diseminado, como el hígado.

Un análisis cuidadoso de sus células cancerosas en un laboratorio revelará qué tipo de cáncer de pulmón tienes. Los resultados de las sofisticadas pruebas pueden indicar a tu médico las características específicas de tus células que pueden ayudar a determinar el pronóstico y guiar tu tratamiento.

Análisis para determinar la extensión del cáncer

Una vez que se haya diagnosticado el cáncer de pulmón, el médico seguirá trabajando para determinar el grado (estadio) del cáncer. El estadio del cáncer sirve para que tú y tu médico puedan decidir qué tratamiento es el más adecuado.

Los análisis de estadificación pueden comprender procedimientos de diagnóstico por imágenes que le permiten al médico buscar pruebas de que el cáncer se diseminó fuera de los pulmones. Estas pruebas incluyen tomografías computarizadas , resonancias magnéticas , tomografías por emisión de positrones (PET) y escáneres óseos. No todos los estudios son adecuados para cualquiera, así que habla con tu médico acerca de cuáles son los procedimientos indicados para ti.

Los estadios del cáncer de pulmón se indican con números romanos que van del 0 al IV y los estadios más bajos indican un cáncer que se limita al pulmón. En el estadio IV, el cáncer se considera avanzado y se ha propagado a otras zonas del cuerpo.

Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Shutterstock)

Tratamiento

Junto con el médico elegirán el plan de tratamiento oncológico en función de varios factores, como tu estado general de salud, el tipo y el estadio del cáncer y tus preferencias.

En algunos casos, también puedes elegir no hacer ningún tratamiento. Por ejemplo, puedes decidir que los efectos secundarios del tratamiento no justifican los posibles beneficios. Cuando este sea el caso, el médico podría sugerir cuidados paliativos para aliviar el dolor a fin de tratar solamente los síntomas que provoca el cáncer, como el dolor o la falta de aliento.

Cirugía

Durante la cirugía, el cirujano trabaja para extirpar el cáncer de pulmón y parte del tejido sano circundante. Los procedimientos para eliminar el cáncer de pulmón son:

Resección en cuña

para eliminar una pequeña parte del pulmón donde está el tumor más un tejido sano circundante

Resección segmentaria

para eliminar una parte más grande del pulmón, pero no un lóbulo entero

Lobectomía

para eliminar el lóbulo entero de un pulmón

Neumonectomía

para eliminar un pulmón entero

Si te sometes a una cirugía, el cirujano también puede eliminar ganglios linfáticos del tórax, a fin de analizarlos en busca de signos de cáncer.

La cirugía puede ser una opción si su cáncer está limitado a los pulmones. Si tienes un tumor pulmonar más grande, el médico puede recomendarte la quimioterapia o la radioterapia antes de la cirugía para reducir el tumor. Si existe el riesgo de que queden células cancerosas después de la cirugía o de que el cáncer vuelva a aparecer, el médico puede recomendar quimioterapia o radioterapia después de la cirugía.

Radioterapia

La radioterapia usa haces de energía de gran potencia, de fuentes como los rayos X y los protones, para destruir las células cancerosas. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla mientras una máquina se mueve a tu alrededor y dirige la radiación a puntos específicos del cuerpo.

Para las personas con cáncer de pulmón localmente avanzado, la radiación puede utilizarse antes o después de la cirugía. A menudo se combina con tratamientos de quimioterapia. Si la cirugía no es una opción, la quimioterapia y la radioterapia combinadas pueden ser tu tratamiento principal.

En el caso de los cánceres de pulmón avanzados y los que se han extendido a otras áreas del cuerpo, la radioterapia puede ayudar a aliviar los síntomas, como el dolor.

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas. Es posible que te administren uno o más medicamentos de quimioterapia a través de una vena del brazo (vía intravenosa) o por vía oral. Por lo general, se administra una combinación de medicamentos en una serie de tratamientos, durante un período de semanas a meses, con descansos en el medio, para que puedas recuperarte.

La quimioterapia se suele usar después de la cirugía para destruir todas las células cancerosas que puedan haber quedado. Se puede utilizar sola o combinada con la radioterapia. La quimioterapia también puede utilizarse antes de la cirugía para reducir el tamaño de los cánceres y facilitar su eliminación.

En las personas con cáncer de pulmón avanzado, se puede usar la quimioterapia para aliviar el dolor y otros síntomas.

Radioterapia estereotáctica corporal

La radioterapia corporal estereotáctica, también conocida como radiocirugía, es un tratamiento de radiación intensa que dirige muchos haces de radiación al cáncer desde muchos ángulos. La radioterapia corporal estereotáctica se suele completar en una o en unas pocas sesiones de tratamiento.

La radioterapia corporal estereotáctica puede ser una opción para las personas con cánceres de pulmón pequeños que no pueden someterse a una cirugía. También puede utilizarse para tratar el cáncer de pulmón que se propaga a otras partes del cuerpo, incluido el cerebro.

Terapia dirigida con medicamentos

Los tratamientos con medicamentos con diana específica se enfocan en anomalías específicas presentes dentro de las células cancerosas. Al bloquear estas anomalías, los tratamientos con medicamentos con diana específica pueden producir la muerte de las células cancerosas.

Se utilizan muchos medicamentos de terapia dirigida para tratar el cáncer de pulmón, aunque la mayoría se reservan para personas con cáncer avanzado o recurrente.

Algunas terapias dirigidas solo funcionan en personas que tienen células cancerosas con ciertas mutaciones genéticas. Las células cancerosas pueden examinarse en un laboratorio para comprobar si estos medicamentos podrían ayudarte.

Inmunoterapia

La inmunoterapia utiliza tu sistema inmunitario para combatir el cáncer. El sistema inmunitario que lucha contra las enfermedades de tu cuerpo puede no atacar el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que las ayudan a esconderse de las células del sistema inmunitario. La inmunoterapia interfiere en ese proceso.

Los tratamientos de inmunoterapia generalmente se reservan para las personas con cáncer de pulmón localmente avanzado o cáncer que se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

Cuidados paliativos

Las personas con cáncer de pulmón suelen tener signos y síntomas del cáncer, además de los efectos secundarios del tratamiento. La atención médica complementaria, también conocida como "cuidados paliativos", es un campo especializado de la medicina que consiste en trabajar con un médico para disminuir al mínimo los signos y síntomas.

El médico puede recomendarte que consultes con un equipo de cuidados paliativos poco después del diagnóstico, para asegurarse de que estés cómodo durante el tratamiento oncológico y después de este.

En un estudio, las personas con cáncer de pulmón avanzado de células no pequeñas que comenzaron a recibir atención complementaria poco después del diagnóstico, vivieron más tiempo que las personas que continuaron con los tratamientos, como la quimioterapia y la radiación. Las que recibieron atención complementaria informaron una mejoría en el estado de ánimo y en la calidad de vida. En promedio, sobrevivieron casi tres meses más que quienes recibieron la atención estándar.