Generalmente asociado con desechos del ganado vacuno, el gas metano, uno de los gases que agravan la crisis climática, también se puede generar en múltiples procesos de la actividad humana. Uno de tantos es la cosecha de arroz. Grupos científicos comentan que si se quiere reducir el impacto de los gases de efecto invernadero en el mundo, no se puede ignorar el arroz y su proceso de cultivo.
Esto sucede cuando se inundan los cultivos arroz, creando así una barrera de agua en la que el oxígeno no fluye, ambiente perfecto para la proliferación de bacterias anaeróbicas (aquellas no necesitan oxígeno para vivir) y gracias a que la raíz y paja de anteriores cosechas se encuentra en esa barrera sin oxígeno, estas bacterias comienzan su metabolismo produciendo metano, mismo que viaja a la superficie a través de la planta de arroz.
Anteriormente, los agricultores del cereal quemaban la paja restante cuando la cosecha terminaba. Tal como lo recuerda en su infancia Dong Van Canh, ahora de 39 años, el humo proveniente de la quema de paja era tan denso e irritante que lo hacía ahogarse e incluso desmayarse. La alternativa propuesta para ayudar tanto al medio ambiente como a los agricultores consiste en remover la paja restante de las cosechas y cultivar hongos, ganando así un ingreso colateral.
El programa organizado por el Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz es uno de las múltiples iniciativas que intentan disminuir la emisión de metano provenientes de los cultivos de arroz en Vietnam. Si bien la iniciativa no es nueva, es desde hace dos años que esta iniciativa cobró relevancia gracias a que al menos 100 países firmaron El Compromiso Global de Metano, México entre ellos. Y aunque Indonesia, Bangladesh y Vietnam también lo firmaron, China e India no lo hicieron, siendo también parte importante en la producción del cereal.
“Tenemos una vida difícil, pero una vez que nos dimos cuenta de que podemos ganar más dinero con los hongos, las cosas han mejorado”, menciona Canh para AFP.
Con información de AFP