Carreteras cortadas, refinerías paralizadas, escuelas secundarias bloqueadas, toneladas de basura acumuladas en París… las acciones de protesta se siguen multiplicando en Francia luego de que el presidente Emmanuel Macron decidiera adoptar su reforma de las pensiones sin someterla al voto de los diputados.
El mandatario, que se juega con esta reforma su capacidad de actuar durante su segundo mandato, recurrió al polémico artículo 49.3 de la Constitución ante el temor de una derrota en el Parlamento. Con esta acción se busca retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Entre gritos de la oposición y cánticos del himno nacional, la primera ministra Élisabeth Borne lo formalizó poco después en la Asamblea Nacional, desatando protestas en varias ciudades que dejaron más de 300 detenidos y ataques de la policía con gases lacrimógenos y cañones de agua en la plaza de la Concordia.
En respuesta al actuar de Macron, diputados independientes anunciaron la presentación de una moción de censura “transpartidaria” contra el gobierno francés, firmada también por legisladores de la oposición de izquierda, la única manera de tumbar también la reforma.
La moción necesita el voto de 287 diputados, algo complicado ya que entre ellos deberían estar el de una treintena de integrantes del grupo opositor de derecha Los Republicanos, que es favorable a la reforma.
Con información de AFP