El calendario también conmemora las proezas de algunas personas, cuya vida fue entregada a Dios. Debido a sus acciones solidarias con otros pueblos y a la valentía para reconocer su cristianismo en tiempos de persecución religiosa, el Vaticano los conmemora con onomásticos.
A diario se puede encontrar una festividad dedicada a algún santo, incluso durante el año entero podrían leerse listas santorales. El objetivo es reconocer a las personas que realizaron hazañas inexplicables, por su relación especial con el catolicismo.
En marzo hay un gran número de santos a festejar, cada uno marcó a su forma el contexto en el que vivió. Antes de que transcurran los días, te contamos a quien se felicita en este mes
Los onomásticos de marzo
1 de marzo: San David de Gales. En el siglo VII, el obispo fundó un monasterio del cual partieron monjes que evangelizaron Irlanda.
San Albino de Anjou.
San León de Vasconia.
San León Lucas.
San Siviardo.
2 de marzo: San Absalón.
San Simplicio. El papa combatió a quienes negaban la humanidad de Cristo.
San Basileo. Es recordado por establecer las directrices para la vida monástica, centradas en la vida comunitaria y la oración litúrgica.
San Jovino.
San Lucas Casali de Nicosia.
Santa Inés de Praga.
3 de marzo: San Anselmo de Nonántola.
San Emeterio de Calahorra. En el año 298, el hombre fue decapitado por profesar el cristianismo mientras prestaba servicio militar al imperio romano.
San Asterio.
Santa Cuneguna.
Santa Catalina Drexel.
San Marino de Cesarea: en vida fue un soldado romano del siglo III. Murió bajo la tortura del emperador Galieno.
4 de marzo: San Apiano.
San Casimiro. Fue un príncipe que en vida luchó para extender la religión católica en Polonia y Lituania.
San Basino.
San Pedro, abad.
5 de marzo: San Adriano. Se convirtió en un mártir cristiano tras morir en la persecución religiosa de Constantinopla, en 306.
San Conón.
San Lucio.
San Virgilio de Arlés.
San Juan José de la Cruz Gaetano.
6 de marzo: Santa Coleta Boylet.
San Evagrio.
San Victorino de Nicomedia.
San Julián. Es recordado por sus aportes a la teología y la filosofía, rama del conocimiento que estudió en la Universidad de Palencia.
7 de marzo: San Poncio de Cartago.
San Eubulio.
San Pablo de Prusa.
San Pablo el Simple.
Santas Felicidad y Perpetua. Ambas mujeres fueron torturadas por el emperador Septimio Severo en el siglo III.
8 de marzo: San Dutaco.
San Esteban de Obazina.
San Juan de Dios. El religioso de origen portugués fundó la Orden de Hospitalarios, en el siglo XVI. Dedicó su vida a realizar actos de caridad y cuidar a los enfermos.
San Faustino Miguez.
San Poncio de Cartago.
9 de marzo: Santa Catalina de Bolonia. En vida fue una artista y es considerada la santa protectora de las artes liberales.
San Bruno.
San Paciano.
San Vital de Castronovo.
Santa Francisca Romana.
10 de marzo: San Attalo.
San Macario de Jerusalén.
Santa María Eugenia de Jesús Milleret de Brou. La mujer francesa nacida en 1817, fundó las Religiosas de Asunción, para ayudar a las personas desfavorecidas.
11 de marzo: San Maximiliano de Tebeste.
San Constantino de Escocia.
San Benito de Milán.
San Vidiciano.
San Pionio.
12 de marzo: San Inocencio I. Este papa expulsó a los enemigos de San Juan Crisóstomo. En el año 410, resistió la invasión de Roma por las tropas de Alarico.
San Pablo Aureliano.
San Maximiliano de Tebeste. En el siglo III pasó a la historia por negras a ser un soldado en Argelia por su creencias religiosas, cuyas consecuencias terminaron en su ejecución.
San Teófanes Cronista.
13 de marzo: San Ansovino.
Santa Cristina
San Sabino de Egipto.
San Ramiro.
14 de marzo: Santa Matilde.
San Lázaro de Milán.
Santa Paulina de Fulda.
San Leobino de Chartres.
San Raimundo de Fitero. El monje participó en la defensa de España durante la invasión musulmana.
15 de marzo: San Clemente María Hofbauer.
San Zacarías, papa.
Santa Leocricia.
San Menigno.
San Sisebuto.
16 de marzo: San Juan Sordi.
San Julián de Anazarbo.
Santo Patriarca Abraham. Su historia es narrada en el Génesis, primer libro de la Biblia. También es conocido como el profeta del Antiguo Testamento.
Santa Eusebia.
17 de marzo: San Patricio. Es el patrono de Irlanda y en vida fue un obispo anunció el evangelio después de ser liberado por Gran Bretaña, en el V.
San José de Arimatea.
San Agrícola.
San Pablo de Chipre.
Santa Gertrudis de Nivelles.
18 de marzo: San Alejandro de Jerusalén.
San Eduardo. En el siglo X, fue rey de Inglaterra y murió asesinado por la servidumbre de su madrastra.
San Frigidiano.
San Salvador de Horta Grionesos.
San Anselmo de Mantua.
19 de marzo: San Juan de Parrano.
San José. El padre de Jesús también es llamado: patrono de la familia y de la Iglesia Universal. Tiene creyentes en China, Canadá, Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú y Vietnam.
20 de marzo: San Martín de Dumio. Fue un obispo, teólogo y escritor eclesiástico hispano católico. Es mejor conocido como el “Apóstol de los suevos”.
San Arquipo.
San Urbibio de Metz.
Santa María Josefina del Corazón de Jesús.
21 de marzo: San Agustín Zhao Rong.
San Nicolás de Flüe. El cristiano suizo nació en 1417 y vivió como campesino. En el transcurso de su vida fue militar, político, asceta y ermitaño.
San Endeo.
San Juan de Valence.
San Jacobo el Confesor.
22 de marzo: San Basilio de Ancira.
San Pablo de Narbona.
Santa Lea de Roma.
San Nicolás Owen.
23 de marzo: San José Oriol. Se dice que tenía poderes proféticos y milagrosos, dones que mostró desde su nacimiento en 1650. Actualmente es venerado en Barcelona, pese a sus orígenes catalanes.
Santo Toribio de Mogrovejo. En vida organizó la Iglesia Católica en el virreinato de Perú.
San Otón de Ariano.
Santa Rebeca del Himalaya.
24 de marzo: San Severo de Catania.
Santa Catalina de Suecia.
San Secúndulo de Mauritania.
25 de marzo: San Mona.
San Dula.
San Dimas, el buen ladrón.
Encarnación del Señor. Se trata de una celebración cristiana importante, pues se refiere al momento en que el ángel Gabriel visitó a la Santísima Virgen María para decirle que ella sería la madre del salvador.
San Quirino de Roma.
Santa Lucía Filippini.
Santa Matrona de Teslónica.
26 de marzo: San Braulio de Zaragoza. Fue uno de los obispos más célebres por su labor como escritor español.
San Bercario.
San Pedro, obispo.
Santa Máxima.
San Cástulo.
27 de marzo: San Alejandro de Drizipara.
San Ruperto de Worms.
San Juan de Licópolis.
San Zanitas.
San Marolas.
28 de marzo: San Cirilo de Heliópolis.
San Castor de Tarso.
San Sixto III. Fue obispo de Roma desde 432 hasta su muerte en 440. Su periodo en el cargo es recordado por haber terminado la construcción de esa ciudad.
San Proterio de Alejandría.
San Esteban Harding.
29 de marzo: San Arquinimo.
San Guillermo Tempier.
San Marcos de Aretusa.
San Eustasio de Luxeüil.
30 de marzo: San Clino.
San Juan Clímaco.
San Julio Álvarez.
San Zósimo de Siracusa
31 de marzo: San Amós. Pasó a la historia como uno de los doce miembros hebreos de los llamados “Profetas menores”.
San Renato de Mérida.
San Benjamín de Argol.
San Guido, abad.
Las cuatro vías a la canonización
Depende del Vaticano realizar una investigación exhaustiva de la vida de una personas, con el fin de determinar si cumple con los requisitos necesarios para la canonización. Hay cuatro formas para lograrlo: por la vía de las virtudes heroicas; la del martirio; la de las causas excepcionales, establecidas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Un elemento importante para la canonización es que una persona haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). A través de los siglos, como se observa en esta lista de abril, muchas personas han logrado acceder a este nombramiento, algunos de ellos por soportar torturas horribles en persecuciones religiosas.
El catolicismo
El catolicismo es una de las religiones que más se practican en el mundo. Los datos más recientes del Vaticano -particularmente de su Anuario Estadístico Eclesial- señalan que hay más de mil 360 millones de católicos en el orbe.
El continente americano es donde más católicos prevalecen, con casi la mitad de los registrados por el Vaticano, siendo más de una cuarta parte ubicados en Sudamérica.
En los últimos años, el Vaticano ha dado cuenta que la presencia de católicos ha aumentado de forma importante en dos continentes: Asia -particularmente el Medio Oriente- y África.
En contraste, los religiosos en Europa han ido a la baja, mientras que en Oceanía se han mantenido estables.
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