Fibromas uterinos: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Varias son las causas de esta enfermedad, sin embargo, hay diferentes opciones para su tratamiento

Existen distintos métodos para diagnosticar este padecimiento (Infobae/Jovani Pérez)

Los fibromas uterinos son tumores no cancerosos del útero que a menudo aparecen durante los años fértiles. También llamados leiomiomas o miomas, los fibromas uterinos no están asociados con un mayor riesgo de cáncer uterino y casi nunca se convierten en cáncer.

Los fibromas varían en tamaño: desde plántulas indetectables para el ojo humano hasta masas voluminosas que pueden distorsionar y agrandar el útero. Puedes tener un solo fibroma o varios. En casos extremos, los múltiples fibromas pueden expandir tanto el útero que este llega a la caja torácica y puede añadir peso.

Muchas mujeres tienen fibromas uterinos en algún momento de su vida. Sin embargo, es posible que no sepas que tiene fibromas uterinos porque a menudo no causan síntomas. El médico puede descubrir fibromas por accidente durante un examen pélvico o una ecografía prenatal.

Síntomas

Muchas mujeres que tienen fibromas no tienen ningún síntoma. En las que sí tienen, los síntomas pueden verse influenciados por la ubicación, el tamaño y número de fibromas.

En las mujeres que tienen síntomas, los signos y síntomas más comunes de los fibromas uterinos incluyen: Sangrado menstrual abundante Períodos menstruales que duran más de una semana Presión o dolor pélvico Necesidad de orinar a menudo Dificultad para vaciar la vejiga Estreñimiento Dolor de espalda o de piernas

En raras ocasiones, un fibroma puede causar dolor agudo cuando supera su suministro de sangre y comienza a morir.

Los fibromas se clasifican generalmente por su ubicación. Los fibromas intramurales crecen dentro la pared muscular uterina. Los fibromas submucosos sobresalen dentro de la cavidad uterina. Los fibromas subserosos se proyectan por fuera del útero.

Cuándo debes consultar con un médico

Visita a tu médico si presentas lo siguiente: Dolor pélvico que no va Períodos demasiado abundantes, prolongados o dolorosos Manchado o sangrado entre periodos menstruales Dificultad para vaciar la vejiga Recuento bajo e inexplicable de glóbulos rojos (anemia).

Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Christin Klose/dpa)

Existen pocos factores de riesgo conocidos para los fibromas uterinos, aparte de ser una mujer en edad reproductiva. Los factores que pueden incidir en el desarrollo de los fibromas incluyen los siguientes: Raza. Aunque los fibromas pueden afectar a todas las mujeres en edad reproductiva, las mujeres de raza negra tienen más probabilidades de tener fibromas que las mujeres de otros grupos raciales. Además, las mujeres de raza negra tienen fibromas a edades más tempranas y también es probable que tengan más cantidad de fibromas o que estos sean más grandes y que los síntomas sean más graves. Herencia biológica. Si tu madre o hermana tuvieron fibromas, corres mayor riesgo de padecerlos. Otros factores. El inicio de la menstruación a una edad temprana, la obesidad, una deficiencia de vitamina D, una dieta que contiene muchas carnes rojas y pocos vegetales, frutas y lácteos y el consumo de alcohol, incluida la cerveza, parecen aumentar el riesgo de presentar fibromas.

Diagnóstico

Los fibromas uterinos con frecuencia se encuentran accidentalmente durante un examen pélvico de rutina. El médico puede sentir irregularidades en la forma del útero, lo cual sugiere la presencia de fibromas.

Si tienes síntomas de fibromas uterinos, tu médico puede solicitar los siguientes exámenes:

Ecografía. Si se necesita una confirmación, el médico puede solicitar una ecografía. En este estudio se utilizan ondas sonoras para obtener una imagen del útero a fin de confirmar el diagnóstico y mapear y medir los fibromas.

Un médico o técnico mueve el dispositivo de ecografía (transductor) sobre el abdomen (transabdominal) o lo coloca dentro de la vagina (transvaginal) para obtener imágenes del útero. Análisis de laboratorio. Si tienes sangrado menstrual anormal, tu médico puede solicitar otras pruebas para investigar las posibles causas. Estas podrían incluir un hemograma completo para determinar si tienes anemia debido a la pérdida crónica de sangre y otros análisis de sangre para descartar trastornos de sangrado o problemas de tiroides.

Otras pruebas de diagnóstico por imágenes

Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (UNAM)

No hay un único enfoque recomendable en el tratamiento de los fibromas, sino que existen muchas opciones terapéuticas. Si tienes síntomas, habla con tu médico acerca de las opciones para el alivio de los síntomas.

Conducta expectante

Varias mujeres con fibromas uterinos no tienen signos ni síntomas, o solo tienen signos y síntomas levemente molestos con los que pueden vivir. Si ese es tu caso, una conducta expectante podría ser la mejor opción.

Los fibromas no son cancerosos. En pocas ocasiones, afectan el embarazo. Generalmente crecen despacio, o no crecen y tienden a reducirse después de la menopausia cuando bajan los niveles de las hormonas reproductivas.

Medicamentos

Los medicamentos para los fibromas uterinos se dirigen a las hormonas que regulan tu ciclo menstrual y tratan síntomas como sangrado menstrual abundante y presión pélvica. No eliminan los fibromas, pero pueden encogerlos. Entre los medicamentos, se incluyen los siguientes:

Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas. Los medicamentos llamados agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas tratan los fibromas mediante el bloqueo de la producción de estrógeno y progesterona, lo cual te lleva a un estado temporal parecido a la menopausia. Como resultado, la menstruación se detiene, los fibromas se encogen y la anemia a menudo mejora.

Los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas incluyen leuprolida (Lupron Depot, Eligard, otros), goserelina (Zoladex) y triptorelina (Trelstar, Triptodur Kit).

Muchas mujeres tienen sofocos significativos mientras toman agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas . Los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas por lo general se utilizan durante no más de tres a seis meses, ya que los síntomas reaparecen cuando se deja de tomar el medicamento y su uso a largo plazo puede causar pérdida ósea.

El médico puede prescribir un agonista de la hormona liberadora de gonadotropinas para reducir el tamaño de los fibromas antes de una cirugía planificada o para ayudar con la transición a la menopausia. Dispositivo intrauterino (DIU) liberador de progestina. Un DIU liberador de progestina puede aliviar el sangrado intenso causado por los fibromas. Un DIU liberador de progestina solo proporciona alivio de los síntomas y no encoge los fibromas ni los hace desaparecer. También previene el embarazo. Ácido tranexámico (Lysteda, Cyklokapron). Este medicamento no hormonal se toma para aliviar los períodos menstruales intensos. Se toma solo en días de sangrado intenso.

Otros medicamentos. El médico podría recomendar otros medicamentos. Por ejemplo, los anticonceptivos orales pueden ayudar a controlar el sangrado menstrual, pero no reducen el tamaño del fibroma.

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), que no son medicamentos hormonales, pueden ser eficaces para aliviar el dolor relacionado con los fibromas, pero no reducen el sangrado causado por estos. El médico también puede sugerirte que tomes vitaminas y hierro si tienes sangrado menstrual abundante y anemia.

Procedimiento no invasivo

La cirugía de ecografía focalizada guiada por resonancia magnética (IRM) consiste en lo siguiente: Una opción de tratamiento no invasiva para los fibromas uterinos que conserva el útero que no requiere incisión y se realiza de forma ambulatoria. Se realiza mientras estás dentro de un escáner de resonancia magnética equipado con un transductor de ecografía de alta energía para el tratamiento. Las imágenes le dan al médico la ubicación precisa de los fibromas uterinos. Cuando se localiza el fibroma, el transductor de ecografía enfoca las ondas de sonido (sonificaciones) en el fibroma para calentar y destruir pequeñas áreas de tejido fibroso. Tecnología más novedosa, por lo que los investigadores están aprendiendo más acerca de la seguridad y eficacia a largo plazo. Sin embargo, hasta ahora los datos recolectados muestran que la cirugía de ecografía focalizada para los fibromas uterinos es segura y eficaz.

Procedimientos mínimamente invasivos

Ciertos procedimientos pueden destruir los fibromas uterinos sin necesidad de extirparlos mediante cirugía. Por ejemplo:

Embolización arterial uterina. Se inyectan pequeñas partículas (agentes embólicos) en las arterias que abastecen el útero, que cortan el flujo sanguíneo a los fibromas, lo que hace que estos se encojan y mueran.

Esta técnica puede ser eficaz para reducir el tamaño de los fibromas y aliviar los síntomas que causan. Se pueden presentar complicaciones si el suministro de sangre a los ovarios u otros órganos está comprometido. Sin embargo, las investigaciones muestran que las complicaciones son similares a los tratamientos quirúrgicos con fibromas y que el riesgo de transfusión se reduce sustancialmente.

Ablación por radiofrecuencia. En este procedimiento, la energía de radiofrecuencia destruye los fibromas uterinos y encoge los vasos sanguíneos que los alimentan. Esto se puede hacer durante un procedimiento laparoscópico o transcervical. Un procedimiento similar llamado criomiólisis congela los fibromas.

Con la ablación laparoscópica por radiofrecuencia (Acessa), también llamada Lap-RFA, el médico hace dos pequeñas incisiones en el abdomen para insertar un instrumento de visión delgado (laparoscopio) con una cámara en la punta. Gracias a la cámara laparoscópica y una herramienta de ecografía laparoscópica, el médico localiza los fibromas que se van a tratar.

Después de localizar un fibroma, el médico utiliza un dispositivo especializado para colocar varias agujas pequeñas dentro del fibroma. Las agujas calientan el tejido fibroso y lo destruyen. El fibroma destruido cambia inmediatamente de consistencia, por ejemplo, de ser duro como una pelota de golf a suave como un malvavisco. Durante los siguientes 3 a 12 meses, el fibroma continúa encogiéndose y los síntomas mejoran.

Debido a que no se corta el tejido uterino, los médicos consideran que el Lap-RFA es una alternativa menos invasiva que la histerectomía y la miomectomía. La mayoría de las mujeres que se someten al procedimiento regresan a sus actividades regulares después de 5 a 7 días de recuperación.

El enfoque transcervical, o a través del cuello uterino, de la ablación por radiofrecuencia (Sonata) también utiliza la guía por ecografía para localizar los fibromas.

Miomectomía robótica o laparoscópica. En una miomectomía, el cirujano extirpa los fibromas y deja el útero en su lugar.

Si los fibromas son pocos, tú y el médico pueden optar por un procedimiento laparoscópico o robótico, que utiliza instrumentos delgados insertados a través de pequeñas incisiones en el abdomen para extraer los fibromas del útero.

Los fibromas más grandes se pueden extirpar a través de incisiones más pequeñas al romperlos en pedazos (fragmentación), lo cual se puede hacer dentro de una bolsa quirúrgica, o extendiendo una incisión para extirpar los fibromas.

El médico observa el área abdominal en un monitor con una pequeña cámara conectada a uno de los instrumentos. La miomectomía robótica le da al cirujano una vista amplificada en 3D de tu útero, lo que le ofrece más precisión, flexibilidad y destreza de lo que es posible con otras técnicas. Miomectomía histeroscópica. Este procedimiento puede ser una opción si los fibromas están contenidos dentro del útero (submucosos). El cirujano accede y extrae los fibromas mediante instrumentos insertados a través de la vagina y el cuello uterino hasta el útero.

Ablación endometrial. Este tratamiento, realizado con un instrumento especializado que se inserta en el útero, utiliza calor, energía de microondas, agua caliente o corriente eléctrica para destruir el revestimiento del útero, ya sea para terminar la menstruación o para reducir el flujo menstrual.

Normalmente, la ablación endometrial es eficaz para detener el sangrado anormal. Los fibromas submucosos se pueden extirpar en el momento de la histeroscopia para la ablación endometrial, pero esto no afecta a los fibromas fuera del revestimiento interior del útero.

Es poco probable que las mujeres queden embarazadas después de la ablación endometrial, pero se necesita un método anticonceptivo para evitar que el embarazo se desarrolle en una trompa de Falopio (embarazo ectópico).

Con cualquier procedimiento que no extirpe el útero, existe el riesgo de que nuevos fibromas puedan crecer y causar síntomas.

Procedimientos quirúrgicos tradicionales

Las opciones para los procedimientos quirúrgicos tradicionales incluyen las siguientes:

Miomectomía abdominal. Si tienes múltiples fibromas, fibromas muy grandes o fibromas muy profundos, el médico puede utilizar un procedimiento quirúrgico abdominal abierto para extirpar los fibromas.

Muchas mujeres a las que se les dice que la histerectomía es su única opción pueden someterse a una miomectomía abdominal en su lugar. Sin embargo, las cicatrices después de la cirugía pueden afectar la fertilidad futura.

Histerectomía. En esta cirugía, se extirpa el útero. Sigue siendo la única solución permanente comprobada para los fibromas uterinos.

La histerectomía pone fin a la capacidad de tener hijos. Si también eliges que te extirpen los ovarios, la cirugía genera la menopausia y la pregunta de si tomarás la terapia de reemplazo hormonal. La mayoría de las mujeres con fibromas uterinos pueden elegir conservar los ovarios.

Morcelación durante la extirpación de fibromas

La morcelación, un proceso de romper los fibromas en trozos más pequeños, puede aumentar el riesgo de diseminación del cáncer si una masa cancerosa no diagnosticada previamente se somete a morcelación durante la miomectomía. Existen varias maneras de reducir ese riesgo, como evaluar los factores de riesgo antes de la cirugía, morcelar el fibroma en una bolsa o expandir una incisión para evitar la morcelación.

Todas las miomectomías conllevan el riesgo de cortar un cáncer no diagnosticado, pero las mujeres premenopáusicas más jóvenes generalmente tienen un riesgo menor de cáncer no diagnosticado que las mujeres mayores.

Además, las complicaciones durante la cirugía abierta son más comunes que la posibilidad de diseminar un cáncer no diagnosticado en un fibroma durante un procedimiento mínimamente invasivo. Si el médico está planeando usar morcelación, analiza tus riesgos individuales antes del tratamiento.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) desaconseja el uso de un dispositivo para morcelar el tejido (morcelador eléctrico) para la mayoría de las mujeres a las que se les extirpan fibromas mediante miomectomía o histerectomía. En particular, la FDA recomienda que las mujeres que se están acercando a la menopausia o que han llegado a la menopausia eviten la morcelación eléctrica. Las mujeres mayores que entran en la menopausia pueden tener un mayor riesgo de cáncer y las mujeres que ya no están preocupadas por preservar su fertilidad tienen opciones adicionales de tratamiento para los fibromas.

Si estás tratando de quedar embarazada o quieres tener hijos

La histerectomía y la ablación endometrial no te permitirán quedar embarazada en el futuro. Además, la embolización de la arteria uterina y la ablación por radiofrecuencia pueden no ser las mejores opciones si estás tratando de optimizar la fertilidad futura.

Analiza a fondo los riesgos y beneficios de estos procedimientos con el médico si quieres conservar la capacidad de quedar embarazada. Antes de decidir sobre un plan de tratamiento para los fibromas, se recomienda una evaluación completa de la fertilidad si estás tratando activamente de quedar embarazada.

Si se necesita un tratamiento de fibromas —y quieres conservar tu fertilidad—, la miomectomía suele ser el tratamiento preferido. Sin embargo, todos los tratamientos tienen riesgos y beneficios. Habla de esto con el médico.

Riesgo de tener nuevos fibromas

En el caso de todos los procedimientos, excepto la histerectomía, las plántulas (tumores diminutos que el médico no detecta durante la cirugía) podrían crecer y causar síntomas que justifiquen realizar tratamiento. Esto a menudo se denomina tasa de recurrencia. También se pueden desarrollar nuevos fibromas que pueden, o no, necesitar tratamiento.

Además, es posible que algunos procedimientos, como la miomectomía laparoscópica o robótica, la ablación por radiofrecuencia o la cirugía por ultrasonido focalizado guiado por resonancia magnética , traten solo algunos de los fibromas presentes en el momento del tratamiento.