En la última sesión el dólar estadounidense se pagó al cierre a 184,68 pesos argentinos interbancarios , de modo que supuso un cambio del 0,75% si se compara con los 183,31 pesos argentinos interbancarios en promedio de la jornada anterior.
Si consideramos los datos de la última semana, el dólar estadounidense acumula una subida del 1,03%, por ello en el último año acumula aún un incremento del 57,11%.
Si confrontamos el dato con jornadas previas, existen fluctuaciones notables en el valor de este activo. En la última semana la volatilidad es inferior a los datos logrados para el último año (4,69%), por lo tanto podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad últimamente.
Los retos del peso argentino
El peso argentino
es la moneda de curso legal en el país desde 1992, esto luego de que reemplazó al austral. Conocido también como “peso convertible”, debido a su equivalencia con el dólar que después se “rompió” en el año 2002 debido a un proyecto de ley.En los últimos años el peso argentino se ha visto severamente afectado y ha tenido una serie de devaluaciones: durante la gestión de Néstor Kirchner se devaluó un 9% al pasar de 2,87 a 3,13 pesos por dólar; un segundo episodio llegó en la administración de Cristina Fernández de Kirchner, cuando la moneda perdió su valor en un 211% y pasó de 3,13 a 9,74 pesos por dólar.
Más tarde, el 17 de diciembre de 2015, a una semana de la llegada a la presidencia de Mauricio Macri, el peso argentino mostró una devaluación de 42% y pasó de 9,83 a 13,95 pesos por dólar.
La economía de Argentina, la tercera potencia económica en Latinoamérica, atraviesa un momento crítico para este año electoral; un escenario que sigue siendo incierto.
Durante el 2022 el déficit fiscal fue elevado y la emisión monetaria para financiarlo contribuyó a acelerar la tasa de inflación, que llegó a ubicarse incluso por arriba del 99%, mostrando desbalances macroeconómicos que limitan la sostenibilidad del crecimiento económico.
A principios del 2022 el gobierno argentino alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por un nuevo Programa de Facilidades Extendidas, lo cual permite al país posponer sus vencimientos con el organismo y fortalecer sus reservas a corto plazo. Entre los compromisos asumidos está la meta de consolidar su fiscalización, alcanzando un equilibrio para el año 2025.
Tras un año turbulento, de fuerte tensión cambiaria y donde hubo tres ministros de Economía, el actual gobierno tiene diversos desafíos como el salto a los dólares, el incremento de la brecha económica, las próximas elecciones presidenciales, los vencimientos de deuda y más.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para este 2023 el Producto Interno Bruto (PIB) del país apenas lograría crecer uno por ciento.
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