Cotización de las principales criptomonedas hoy

El bitcoin, una de las principales criptomonedas, registra un precio de 19.011,6 dólares

Las criptomonedas se caracterizan por usar redes blockchain, no existir físicamente y carecer de regulación. (Jovani Pérez)

Cada vez son más quienes han decidido invertir en el mundo de las monedas virtuales, ello pese a la volatilidad que las caracteriza, con el objetivo de tener una inversión a mediano y largo plazo.

Impulsadas también por ciertos personajes o gobiernos que buscan adoptar estas monedas digitales como medios de curso legal, las criptomonedas se han subido a una montaña rusa que las ha llevado a subidas y bajadas significativas que han puesto de cabeza a más de una de ellas.

Acá te contamos cómo se han movido las principales criptomonedas y sus precios este 11 de octubre de 2022

El bitcoin cotiza este día en 19.011,6 dólares, lo que implica un cambio de -2,24% en las últimas horas.

La segunda moneda digital criptomoneda más popular del mercado, ethereum, ha mostrado un movimiento de -3,04% en las últimas 24 horas, por lo que su valor se ubica en 1.282,41 dólares.

Sobre Tether US, cotiza en 1 dólares, por lo que en el último día tuvo un movimiento de -0,02%.

Por su parte, BNB tiene un valor de 270,35 dólares, con un cambio de -2,84%, en tanto que el litecoin hace lo propio con 51,84 dólares tras una variación de -3,84%.

Finalmente, el dogecoin, una de las monedas digitales que ha impulsado el propio Elon Musk, tiene un valor de 0,06 dólares tras presentar un cambio de -3,5% en las últimas 24 horas.

La crisis del criptoinvierno

Características de algunas criptomonedas. (Ilustración: Anayeli Tapia)

En mayo de 2022 las criptomonedas dejaron al descubierto que, por más que lo intenten, no pueden escapar del apetito especulador, luego de que el llamado “criptoinvierno” o “criptocrash” hundiera en los valores mínimos a varias monedas digitales como el bitcoin, ethereum y LUNA de Terra, situación que dejó en la ruina a muchos inversores.

Se le llama “criptoinvierno” cuando los precios caen sorpresivamente y no se ve o pronostica ninguna mejoría en los próximos seis meses.

Este último episodio fue impulsado por varios elementos: la inflación en el mundo y la propuesta de prohibir el uso y la extracción de estas en Rusia, actualmente en conflicto con Ucrania.

Este inquietante término además alude no sólo a la fuerte caída de las monedas virtuales, sino también a la disminución del volumen de operaciones y meses de estancamiento del mercado, un fenómeno que tampoco es nuevo, pues apenas en el 2018 se vivió un hecho similar.

Sin embargo, el sabor de boca que ha dejado la más reciente crisis difiere de lo vivido hace cuatro años, pues este criptocrash ha afectado a todas las monedas digitales en un efecto dominó y no sólo unas cuantas, por lo que el miedo de que los efectos negativos puedan persistir por más tiempo son latentes.

La última crisis llevó al bitcoin a caer sorpresivamente un 77% de su valor, hasta llegar a la barrera de los 28,000 dólares; mientras que otras como Ethereum perdió el 30.88% de su valor en ese mes. El efecto dominó también afectó a la “stablecoin” de Terra, LUNA, que cayó más del 100% al pasar de los 118 dólares a valer 0,09 dólares, golpe del cual aún no se puede recuperar.

Pese al actual panorama, aún hay quienes guardan la esperanza de que las criptomonedas se recuperen, mientras que otros, con esa misma fe, han invertido en ellas aprovechando el reciente descalabro que también ha dejado sin ahorros a otros.

Criptomonedas en América Latina

Criptomonedas en Argentina: pese a que en Argentina las divisas digitales no están legalizadas, su popularidad ha ido en aumento tras las décadas de inestabilidad financiera a la que los ciudadanos se han enfrentado, convirtiéndose en una de las naciones latinoamericanas con mayor presencia de criptomonedas. Sobre esta línea, el presidente Alberto Fernández ha sugerido su uso para combatir la inflación.

Además del bitcoin, otra de las criptomonedas más populares es la de LUNA, un token con el que se cotiza en el sistema de Terra y que puede ser comprada desde la plataforma Tienda Crypto. Dicha criptodivisa ha logrado tener un máximo histórico de hasta 119.18 dólares.

Criptomonedas en México: el Banco de México (Banxico) ha determinado que ninguna de las instituciones que participan en el sistema financiero nacional podrá hacer uso o deberá permitir operaciones de ninguna clase a través de este medio de pago. Sin embargo, el país ocupa el puesto 14 de 27 naciones que poseen monedas virtuales, superando a Venezuela y Colombia, con alrededor de 13 millones de usuarios en 2021, según un estudio de Finder.

En territorio mexicano el empresario Ricardo Salinas Pliego, uno de los más ricos del país, ha mostrado interes en las criptomonedas y ha asegurado que varios de sus negocios aceptarán bitcoin en el futuro, incluido su banco; actualmente una de sus tiendas más populares ya lo hace.

Criptomonedas en Perú: el Banco Central de Reserva del Perú (BCR) ha dejado en claro que su misión no es ser el primero ni el segundo banco central que regule el uso de las criptomonedas, ello debido a la inestabilidad que las caracteriza. Sin embargo, hace días el presidente del (BCR) aseguró que el BCR trabajaba en un proyecto de moneda digital propia.

Criptomonedas en Colombia: en la nación sudamericana hay más de 500 sitios donde es permitido pagar con criptodivisas. En diciembre de 2021 se convirtió en el tercer país del mundo con mayor crecimiento de propietarios de bitcoins, superado sólo por Rusia y Noruega, según Finder.

Criptomonedas en Centroamérica: en el gobierno de El Salvador, le ha dado su voto de confianza y el pasado 9 de junio de 2021 se convirtió en el primer país en legalizar el bitcoin como moneda legal. Además, el presidente Nayib Bukele anunció su intención de crear la primera Bitcoin City en Conchagua y estaría financiada a través de bonos tokenizados con respaldo en bitcoin.

Criptomonedas, ¿actividad industrial?

Las criptomonedas son cada día más usadas. (Foto: ITWeb)

Ante un panorama en el que la economía mundial enfrenta diversos retos como la inflación, la guerra rusoucraniana, la afectación en las cadenas de suministros por la pandemia del COVID-19 y otros elementos, los gobiernos han comenzado a replantearse alternativas antes inimaginables, como el hecho de regularizar las criptomonedas.

Recientemente el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, vetó un proyecto de ley con el que se pretendía reconocer la minería de las criptomonedas como una actividad industrial y, ante ello, establecer un porcentaje para fijar la cuota de consumo, entre otros requerimientos.

La iniciativa ―que seguirá en discusión en ambas cámaras para decidir si se respeta o no el veto presidencial― ha generado debateslevantado más de una ceja ante las consideraciones y los posibles alcances que podría tener, pues cabe recordar que El Salvador es el único país en el mundo que ha reconocido el bitcoin como una divisa de curso legal.

El proyecto paraguayo, que ya había sido avalado previamente por el Congreso, propone que la tarifa para la minería de las monedas digitales no exceda el 15% con relación a la tarifa industrial vigente, asimismo, otorga permisos para proveedores de servicios y de los mineros.

Otro de los aspectos más sobresalientes es que se propone crear una dependencia que se especialice meramente en las monedas virtuales y establezca sanciones, así como otro tipo de medidas.

Sin embargo, el decreto presidencial menciona que la minería de criptoactivos se caracteriza por un alto consumo de energía eléctrica y escasa utilización de mano de obra, por lo que no puede ser categorizada como consumo industrial, sino como consumo electro intensivo que además pueden comprometer el desarrollo de la industria nacional, pues en cierto punto el país se vería obligado a importar energía eléctrica.

Sobre los hechos, el Banco Central Paraguayo ha alertado que ninguna de las criptomonedas que existen hoy día están respaldadas por ninguna autoridad monetaria, por lo que no está supervisada, no garantiza protección o seguridad a quienes las usan y son inversiones altamente riesgosas.

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