Hace unas décadas, incluso siglos, los ancestros acostumbraban a nombrar a sus hijos con el nombre del santo del día en que nacieron, no en vano en las famosas “Mañanitas” hay una estrofa que dice: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
El onomástico es el día en que se festeja algún santo, aunque es común que mucha gente lo use como sinónimo de cumpleaños, lo cual es erróneo, pues al hablar de él sólo se alude al listado de los nombres del santoral.
Santo del día
San Pamaquio de Roma fue un senador romano que destacó por su preparación en lo relativo a la fe y su generosidad a los pobres; se convirtió al cristianismo y es considerado santo por la Iglesia.
Durante su juventud, Pamaquio frecuentó las escuela de retórica junto a San Jerónimo. Provenía de una familia de los Camilos, con grandes posesiones al norte de África, por lo que era rico.
En el año 385 contrajo nupcias con Paulina, la segunda hija de Santa Paula. Cuando ella murió por complicaciones de parto, su amado decidió entregar su vida a realizar obras de caridad. Entre sus hazañas sobresale el haber construido un hospital en el que atendía principalmente a los peregrinos pobres.
Algunos estudiosos consideran que la Basílica de San Juan y la Basílica de San Pablo, ambas en Roma, fueron fundadas por San Pamaquio o por su padre.
También se hizo de fama por enfrentar los errores doctrinales de Joviniano, un monje que estaba en contra de las prácticas monásticas, y por lo cual más tarde fuera considerado hereje.
Pamaquio murió en el año 410, poco antes del dramático saqueo de Roma. Aunque no se sabe con certeza cuándo fue beatificado y canonizado, su fecha de celebración quedó establecida para el 30 de agosto.
Junto a este personaje hay otros santos a los que también se les celebra este día, como los siguientes:
San Agilo de Rébais
San Bononio de Lucedio
San Fantino el Joven
San Fiacrio de Breuil
Santa Gaudencia mártir
San Pedro de Trevi
Beato Alfredo Ildefonso Schuster
Beato Ghebra Miguel
Beato Joaquín Ferrer Adell
Beato Juan Juvenal Ancina
Beata María Ráfols
Beato Vicente Gabanes Badenas
Diferencia entre beatificar y canonizar
El santoral es el conjunto de personas (mujeres y hombres) que son veneradas por la Iglesia al ser proclamados como santos o beatos en una fecha determinada en el calendario.
En el trayecto hacia la canonización hay cuatro pasos: el primero es ser nombrado como siervo de Dios, el segundo es ser venerable; el tercer paso es ser beato y, finalmente, el cuarto paso es ser santo.
La beatificación sólo la pueden lograr los fieles que hayan fallecido con fama de ser santos en diversos sitios y este proceso se puede llevar a cabo de dos formas: a través de una causa de virtudes heroicas y la segunda es el martirio, es decir, si la persona murió a causa de su fe.
Por otro lado, el proceso para convertirse en santo implica sumar el nombre de la persona santificada en el canon (lista de santos reconocidos) y con ello se permite que la comunidad creyente le rinda culto público y universal, en tanto, se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican altares, capillas y se reconoce su poder para interceder ante Dios.
Aunque la Iglesia no ha dado una cifra exacta, se cree que actualmente habría hasta nueve mil santos reconocidos. De acuerdo con el Martirologio Romano, actualizado en el 2005, la Iglesia Católica cuenta con al menos siete mil santos, aunque no se cuenta a los mártires, por lo que muchos piensan que incluso la cifra podría llegar a las 20 mil personas.
En la historia reciente, el Papa Juan Pablo II logró canonizar a 388 santos, mientras que el papa Francisco ha batido todos los registros luego de que al día de hoy ha canonizado a 898 santos, 800 de ellos al mismo tiempo.
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