El bitcoin fue la primera criptomoneda que se lanzó al mercado. Ideada por Satoshi Nakamoto en 2008, esta divisa digital promovía un ideal libertario y buscaba poner en jaque a las instituciones monetarias y financieras tradicionales luego de la crisis financiera global que se vivió ese año.
El bitcoin (BTC) usa la criptografía para garantizar que sus operaciones no estén reguladas por ninguna institución u organismo bancario, lo que a su vez ha puesto a la moneda en medio de un debate sobre su volatilidad, pues al no requerir terceras personas ha sido señalada de facilitar actividades ilegales como el fraude.
Fue el 3 de enero de 2009 cuando el bitcoin finalmente entró en operaciones con un lote de 50 monedas conocidas como “el bloque de génesis”, minado por el propio Satoshi Nakamoto. Según el registro oficial, actualmente existen 19.14M de bitcoins en circulación.
Aunque esta criptodivisa no valía casi nada cuando inició, no tardó en alcanzar la barrera de los 1,000 dólares y empezó a captar la atención de las instituciones financieras; sin embargo, un hackeo a la plataforma MtGox, donde se intercambiaban hasta el 80% de las unidades en circulación, ocasionó un desplome en su valor.
El bitcoin ha llegado a valer hasta 68789.63 dólares, influenciado también por comentarios de personajes como Elon Musk, lo que la ha convertido en la criptomoneda más importante a pesar de que organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no la ven como alternativa.
Pese al escepticismo, hay quienes han apostado por el bitcoin: El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar esta criptodivisa como moneda legal el 9 de junio de 2021 y Honduras Próspera, una zona especial autónoma centroamericana, también ha hecho lo propio.
Costo de la criptomoneda bitcoin
Hora: 13:00 horas (hora UTC)
Precio : 20402.7 dólares
Cambio en las últimas 24 horas: 2.94%
Cambio en la última hora: -0.04%
Popularidad por capitalización: #1
El mundo de las monedas virtuales
Las criptomonedas están dejando de ser elementos ajenos y han comenzado a meterse en el lenguaje cotidiano, despertando el interés de aquellos a quienes les preocupan las finanzas o hasta llegar al grado de ser legalizadas en algunas regiones del globo terráqueo.
Como su nombre lo dice, las criptodivisas utilizan métodos criptográficos o de cifrado para realizar transacciones en un sistema desregulado y, la mayoría de ellas, por medio de cadenas de bloques (blockchain), lo que lo aleja de los modelos tradicionales en donde los bancos funcionan como intermediarios.
Su innovación ha ocasionado que muchas personas estén interesadas en invertir en las monedas digitales, pues su valor ha aumentado considerablemente en los últimos años siendo bitcoin, ethereum y dogecoin las más populares y las que mayor capitalización cuentan en el mercado.
Cada una de estas unidades son producidas a través de un proceso llamado “minado” y los usuarios las pueden adquirir a través de diversos agentes o bolsas de monedas digitales, para luego almacenarlas en “monederos criptográficos” o hacer diversas transacciones con ellas por medio de claves únicas.
Pese a que fue en el 2009 cuando el bitcoin entró al mercado como la primera criptodivisa en el mundo, lo cierto es que éstas apenas están experimentando un auge en el ámbito financiero, por lo que se espera que su uso sea mayor en un futuro cercano.
Las criptomonedas tienen distintas características que las hacen únicas: el no estar controladas por ninguna institución; no requerir de terceros en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean modificadas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero no tan fácil de lograr , pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Quien invierte en este tipo de monedas digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos sólo guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.
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