Hace unas décadas, incluso siglos, los ancestros acostumbraban a nombrar a sus hijos con el nombre del santo del día en que nacieron, no en vano en las famosas “Mañanitas” hay una estrofa que dice: “Hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí…”.
Como todos los días del año, este 12 de agosto también se conmemora a las mujeres y hombres que destacaron por tener conexiones especiales con las divinidades, que hicieron buenas acciones por el prójimo, y que tenían una elevada ética y moral, motivos que los llevaron a ser canonizados o beatificados y formar parte del santoral.
Santo del día
Santa Hilaria de Augsburgo es una mártir cristiana, madre de Santa Afra, vivía en Augsburgo en los tiempos de las persecuciones a los cristianos de Diocleciano.
Hilaria era hija de padres procedentes de Chipe, quienes al llegar a Augsburgo fueron iniciados en la adoración a la diosa Venus; ella entregó a su hija Afra para su adoración.
Pese a sus creencias, durante la persecución de Diocleciano (la última y más sangrienta en el Imperio romano) la casa de Afra dio asilo al obispo Narciso y al diácono Félix. Al convivir con ellos y verlos partir el pan en la cena se inspiró en esa nueva fe y quiso ser instruida y bautizada.
Lo mismo con Afra y tres doncellas de nombre Digna, Eunomia y Euprepia. Además, el hermano de Hilaria, Dionisio, fue ordenado presbítero.
Tras ayudarlos a escapar para ponerlos a salvo Afra fue detenida y quemada viva por su fe. Hilaria y las tres doncellas recogieron sus huesos calcinados y la sepultaron. A diario oraban sobre su tumba, por lo que Hilaria también fue quemada viva, en tanto que las doncellas fueron decapitadas.
Junto a esta santa, el 12 de agosto también se conmemora la vida de otras figuras como las siguientes:
San Aniceto de Nicomedia
Santa Digna de Augsburgo
Santa Eunomia de Augsburgo
San Euplo de Catania
Santa Euprepia de Augsburgo
Santa Felicísima de Faleria
San Focio de Nicomedia
San Graciliano de Faleria
San Porcaro y compañeros
Beato Antonio Perulles Estívill
Beato Carlos Leisner
La canonización
La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, se considera si la persona vivió las virtudes cristianas en un grado heroico o si sufrió martirio a causa de su fe, asimismo, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir).
La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
SEGUIR LEYENDO: