El dólar estadounidense se negocia en el comienzo del día de hoy a 5,16 reales brasileños en promedio, lo cual supuso un cambio del 0,07% con respecto a la cifra de la sesión previa, cuando acabó con 5,16 reales brasileños en promedio.
En referencia a la rentabilidad de los últimos siete días, el dólar estadounidense acumula un descenso del 0,05% y desde hace un año aún mantiene una disminución del 0,14%. En relación a días previos, encadena dos sesiones consecutivas de ganancias. En referencia a la volatilidad de la última semana, es de 12,85%, que es una cifra inferior al dato de volatilidad anual (16,35%), así que está teniendo un comportamiento más estable de lo que indica la tendencia general en las últimas fechas.
Entre crisis e incertidumbre
El real, o el real brasileño como se le conoce a nivel internacional, es la moneda de curso legal en Brasil y se trata de la vigésima moneda más circulada en todo el mundo y la segunda de Latinoamérica sólo detrás del peso mexicano.
Vigente desde 1994, el real sustituyó al “cruzeiro real” y su abreviatura es BRL; también se trata de la cuarta moneda más negociada en el continente americano sólo detrás del dólar estadounidense, canadiense y del peso mexicano.
Uno de los episodios que más han marcado a la moneda brasileña fue cuando en 1998 el real sufrió un fuerte ataque especulativo que provocó su devaluación al año siguiente, pasando de un valor de 1.21 a 2 reales por dólar.
En la actualidad existen las monedas de 1 y 5 centavos de cobre, de 10 y 25 centavos de bronce y las monedas de 50 centavos de cuproníquel. La moneda de un real es bimetálica. Cabe apuntar que en el 2005 las monedas de un centavo fueron descontinuadas, pero aún sigue siendo de curso legal.
En materia económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un recorte de 1.7 puntos porcentuales en el crecimiento de Brasil para este 2022, en especial por el deterioro de las condiciones mundiales entre la alta inflación y la pandemia de COVID-19.
Cabe apuntar que la economía brasileña, la más grande de la región latinoamericana, entró en recesión en el segundo trimestre de 2021 y se pronostica que ésta quede parada en todo el 2022.
Debido al COVID-19, Brasil se vio obligado a gastar más dinero como medidas de estímulo (cerca de un 12% del PIB) para poder hacerle frente a la pandemia, lo que al final se tradujo en un déficit presupuestario para este 2022.
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