Tras la apertura de mercados el euro se cotiza al comienzo de sesión a 5,25 reales brasileños en promedio, de modo que implicó un cambio del 0,75% con respecto al dato de la jornada anterior, cuando finalizó con 5,21 reales brasileños en promedio.
En relación a la rentabilidad de la última semana, el euro marca un descenso del 2,13%, de manera que en términos interanuales todavía mantiene una bajada del 17,64%. Comparando este dato con el de fechas pasadas, cambia el sentido del resultado anterior, donde marcó una disminución del 1,03%, siendo incapaz de establecer una tendencia clara en fechas recientes. La volatilidad de los últimos siete días es de 17,28%, que es una cifra algo superior al dato de volatilidad anual (16,4%), lo que manifiesta que presenta mayores alteraciones que la tendencia general del valor.
Entre crisis e incertidumbre
El real, o el real brasileño como se le conoce a nivel internacional, es la moneda de curso legal en Brasil y se trata de la vigésima moneda más negociada en todo el mundo y la segunda de Latinoamérica sólo detrás del peso mexicano.
Vigente desde 1994, el real sustituyó al “cruzeiro real” y su abreviatura es BRL; también se trata de la cuarta moneda más negociada en el continente americano sólo detrás del dólar estadounidense, canadiense y del peso mexicano.
Uno de los momentos que más han marcado a la moneda brasileña fue cuando en 1998 el real sufrió un fuerte ataque especulativo que provocó su devaluación al año siguiente, pasando de un valor de 1.21 a 2 reales por dólar.
Hoy día existen las monedas de 1 y 5 centavos de cobre, de 10 y 25 centavos de bronce y las monedas de 50 centavos de cuproníquel. La moneda de un real es bimetálica. Cabe apuntar que en el 2005 las monedas de un centavo fueron descontinuadas, pero aún sigue siendo de curso legal.
En la rama económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un recorte de 1.7 puntos porcentuales en el crecimiento de Brasil para este 2022, en especial por el deterioro de las condiciones mundiales entre la alta inflación y la pandemia de coronavirus.
Cabe apuntar que la economía brasileña, la más grande de la región latinoamericana, entró en recesión en el segundo trimestre de 2021 y se pronostica que ésta quede parada en todo el 2022.
Debido al COVID-19, Brasil se vio obligado a gastar más dinero como medidas de estímulo (cerca de un 12% del PIB) para poder hacerle frente a la pandemia, lo que al final se tradujo en un déficit presupuestario para este 2022.
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