En la pasada jornada el euro se negoció al cierre a 5,24 reales brasileños en promedio, de modo que implicó un cambio del 1,24% comparado con los 5,31 reales brasileños en promedio de la jornada anterior.
En relación a la rentabilidad de los últimos siete días, el euro acumula una disminución del 2,1% y en el último año todavía mantiene un descenso del 17,75%. Respecto de días pasados, cambió el sentido del dato previo, cuando se saldó con una subida del 1,51%, sin ser capaz de fijar una tendencia definida últimamente. En cuanto a la volatilidad de los últimos días, presentó un rendimiento sutilmente inferior a la volatilidad que mostraron las cifras del último año, de manera que en esta última fase está tendiendo menos cambios de lo habitual.
Crisis para el real brasileño
El real, o el real brasileño como se le conoce a nivel internacional, es la moneda de curso legal en Brasil y se trata de la vigésima moneda más circulada en todo el mundo y la segunda de Latinoamérica sólo detrás del peso mexicano.
Vigente desde 1994, el real sustituyó al “cruzeiro real” y su abreviatura es BRL; también se trata de la cuarta moneda más negociada en el continente americano sólo detrás del dólar estadounidense, canadiense y del peso mexicano.
Uno de los hechos que más han marcado a la moneda brasileña fue cuando en 1998 el real sufrió un fuerte ataque especulativo que provocó su devaluación al año siguiente, pasando de un valor de 1.21 a 2 reales por dólar.
En la actualidad existen las monedas de 1 y 5 centavos de cobre, de 10 y 25 centavos de bronce y las monedas de 50 centavos de cuproníquel. La moneda de un real es bimetálica. Cabe apuntar que en el 2005 las monedas de un centavo fueron descontinuadas, pero aún sigue siendo de curso legal.
En cuanto a la economía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un recorte de 1.7 puntos porcentuales en el crecimiento de Brasil para este 2022, en especial por el deterioro de las condiciones mundiales entre la alta inflación y la pandemia de COVID-19.
Cabe apuntar que la economía brasileña, la más grande de la región latinoamericana, entró en recesión en el segundo trimestre de 2021 y se pronostica que ésta quede parada en todo el 2022.
Debido al COVID-19, Brasil se vio obligado a desembolsar más dinero como medidas de estímulo (cerca de un 12% del PIB) para poder hacerle frente a la pandemia, lo que al final se tradujo en un déficit presupuestario para este 2022.
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