El dólar estadounidense cotizó al cierre a 5,19 reales brasileños en promedio, lo cual implicó un descenso del 0,54% frente al dato de la jornada previa, cuando finalizó con 5,22 reales brasileños en promedio.
Con respecto a los últimos siete días, el dólar estadounidense registra un incremento del 0,24%, por ello en el último año aún conserva una subida del 0,76%. En relación a fechas previas, sumó dos sesiones seguidas en cifras negativas. En la última semana la volatilidad presentó un rendimiento inferior a la volatilidad que reflejaron las cifras del último año, de forma que podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad en fechas recientes.
Crisis para el real brasileño
El real, o el real brasileño como se le conoce a nivel internacional, es la moneda de curso legal en Brasil y se trata de la vigésima moneda más intercambiada en todo el mundo y la segunda de Latinoamérica sólo detrás del peso de México.
Vigente desde 1994, el real sustituyó al “cruzeiro real” y su abreviatura es BRL; también se trata de la cuarta moneda más negociada en el continente americano sólo detrás del dólar estadounidense, canadiense y del peso mexicano.
Uno de los hechos que más han marcado a la moneda brasileña fue cuando en 1998 el real sufrió un fuerte ataque especulativo que provocó su devaluación al año siguiente, pasando de un valor de 1.21 a 2 reales por dólar.
Actualmente existen las monedas de 1 y 5 centavos de cobre, de 10 y 25 centavos de bronce y las monedas de 50 centavos de cuproníquel. La moneda de un real es bimetálica. Cabe apuntar que en el 2005 las monedas de un centavo fueron descontinuadas, pero aún sigue siendo de curso legal.
En cuanto a la economía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un recorte de 1.7 puntos porcentuales en el crecimiento de Brasil para este 2022, en especial por el deterioro de las condiciones mundiales entre la alta inflación y la pandemia de coronavirus.
Cabe apuntar que la economía brasileña, la más grande de la región latinoamericana, entró en recesión en el segundo trimestre de 2021 y se pronostica que ésta quede parada en todo el 2022.
Debido al COVID-19, Brasil se vio obligado a desembolsar más dinero como medidas de estímulo (cerca de un 12% del PIB) para poder hacerle frente a la pandemia, lo que al final se tradujo en un déficit presupuestario para este 2022.
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