Bitcoin suma su tercer día consecutivo cotizando al alza, la criptomoneda ganó terreno durante las primeras horas de este 8 de julio hasta llegar a su mejor precio en varias semanas.
El bitcoin fue la primera criptomoneda que se lanzó al mercado el 3 de enero de 2009 con un lote de 50 monedas, ideada por Satoshi Nakamoto un año antes para promover un ideal libertario que buscaba poner en jaque a las instituciones monetarias y financieras tradicionales luego de la crisis financiera global que se vivió en 2008.
Identificada con la siglas BTC, esta criptodivisa usa la criptografía para garantizar que sus operaciones no estén reguladas por ninguna institución u organismo bancario, lo que a su vez ha puesto a la moneda en medio de un debate sobre su volatilidad, pues al no requerir terceras personas ha sido señalada de facilitar actividades ilegales como el fraude.
El bitcoin ha llegado a valer hasta 68789.63 dólares, influenciado también por comentarios de personajes como Elon Musk, lo que la ha convertido en la criptomoneda más importante a pesar de que organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no la ven como alternativa.
Pese al escepticismo, hay quienes han apostado por el bitcoin: El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar esta criptodivisa como moneda legal el 9 de junio de 2021 y Honduras Próspera, una zona especial autónoma centroamericana, también ha hecho lo propio.
El precio del bitcoin
El precio del bitcoin es de 21.579,38 dólares por unidad a las 12:24 horas (hora UTC) de este viernes 8 de julio. La criptomoneda registró alzas del 5.38% en las últimas 24 horas, lo que equivale a 1.161,84 dólares de aumento en su valor.
En la última jornada, bitcoin registró un valor mínimo de 20.382,89 dólares por unidad, así como un máximo de 22.314,94 dólares por unidad, el precio más alto no solo de la semana, sino desde el 15 de junio pasado.
Bitcoin se encuentra dentro de una crisis que la ha llevado a caer hasta su peor valor en más de 18 meses.
Actualmente, la criptomoneda más popular del mercado digital se encuentra muy lejos de los casi 40 mil dólares por unidad en los que se vendía antes de la crisis.
La crisis de las criptomonedas
Apodada como “criptoinvierno o “cripto crash”, la crisis de las criptomonedas arrancó a inicios de mayo y se ha extendido hasta la actualidad, siendo la tercera semana de junio la que -hasta el momento- ha provocado importantes pérdidas a las divisas digitales.
Varios expertos, como Andrés Gómez, Country Manager de CryptoMarket, han explicado que esta crisis es una consecuencia del mercado global, el cual está pasando por un momento de crisis, inflación y de recesión. Lo que hace sufrir al mercado tradicional, puede ser una tortura para las criptomonedas.
Cuando los principales bancos centrales del mundo suben los tipos de interés para controlar la inflación, los operadores se deshacen de sus inversiones más arriesgadas, entre ellas las criptomonedas, lo que también impulsa la caída de su cotización.
Las medidas de las plataformas en las que se pueden adquirir estas criptomonedas tampoco han ayudado, como el congelamiento de los retiros de dinero por parte de Celsius Network o el paro de Binance de las extracciones de bitcoin a través de su red.
Congelar las transferencias significa que la gente no puede pedir préstamos de criptodivisas, pero también significa que los deudores no pueden devolver sus préstamos cuando los precios de las criptodivisas se desploman.
Estas medidas ocasionaron el caos en todo el mercado, principalmente por va en contra de la naturaleza descentralizada de las criptomonedas y porque mina la confianza de los inversores.
No es la primera vez que las principales criptomonedas caen en crisis, a mediados del año pasado vivieron algo similar para luego recuperarse y, muchas de ellas, cotizarse en sus mejores precios.
¿Cómo funcionan las criptomonedas?
Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no existe físicamente y que usa un cifrado criptográfico para asegurar la integridad en sus transacciones, al tiempo que mantiene un control en la creación de sus nuevas unidades.
El bitcoin fue el primero en ser lanzado al mercado y luego le siguieron otras que igualmente han tenido gran relevancia como Litecoin, Ethereum, Iota, Tether, Cash, Ripple, Decentraland, incluso unas nacidas de memes como Dogecoin.
Las criptomonedas tienen diversos elementos que las hacen únicas: el no estar controladas por ninguna institución; no requerir de terceros en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean modificadas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios, permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero difícil, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Para comprarlas e intercambiarlas se puede a través de portales especializados. Su valor varía en función de la oferta, de la demanda y del compromiso de los usuarios, por lo que puede cambiar más rápido que el dinero tradicional, pero mientras más gente esté interesada y quiera comprar determinada divisa, mayor será su precio.
No obstante, quien invierte en este tipo de monedas digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos únicamente guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.
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