Un temblor de 4.0 de magnitud fue registrado en las cercanías de Matías Romero a las 22:48 hora local (3:48 UTC) de hoy, informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Información preliminar señala que el epicentro del sismo fue a 56 km al noreste de la ciudad del estado de Oaxaca y tuvo una profundidad de 128 km.
Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) recomienda no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, checa tu casa en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante mantenerte alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un temblor: prepara un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y alista una mochila de emergencia.
Durante un sismo guarda la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te ubicas en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Actividad sísmica en México
Los mexicanos están acostumbrados a este tipo de eventos, pues el país se ubica en una zona de alta sismicidad. Cabe mencionar la gran daños de los sismos de 1985 y 2017, que causaron grandes estragos a lo largo y ancho del territorio azteca. No obstante, existen registros de movimientos aún más destructivos en la historia del país.
El terremoto más fuerte registrado en la historia de lo que hoy México tuvo su epicentro en Oaxaca. Aquel 28 de marzo de 1787, tembló con la fuerza de 8.6 de magnitud. La tierra no solo vibró sino que también el mar mostró su furia con un tsunami que se adentró hasta 6 kilómetros más allá de la línea costera.
Según un estudio del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) realizado en 2009 sobre el sismo del 28 de marzo de 1787, grandes terremotos con magnitudes de 8.6 o mayores podrían ocurrir en los próximos años. Estos tendrán como epicentro las costas de México y Centroamérica, por estar ubicados en la Brecha de Guerrero que acumula una gran cantidad de energía.
No obstante, eventos sísmicos de magnitudes inferiores pueden también provocar gran destrucción. Durante 1985 y 2017, los mexicanos vieron con estupor cómo la capital del país se sumía en el caos a causa de dos terremoto de una intensidad menor al de 1787.
El del 19 de septiembre de 1985 ocurrió a las 7:19 horas locales (13:19 UTC) con una magnitud de 8.2 y con epicentro en el estado de Guerrero. Desde ese terremoto muchos pensaron que algo así no se repetiría. Pero ocurrió de nuevo 32 años exactos después.
El de 2017 se registró a las 13.14 horas locales (18.30 UTC) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país.
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