El bitcoin fue la primera criptomoneda lanzada al mercado creada por Satoshi Nakamoto (pseudónimo) en el año 2008 tras la crisis financiera mundial; esta divisa digital promovía un ideal libertario y buscaba poner en jaque a las instituciones monetarias y financieras tradicionales.
Fue el 1 de noviembre de 2008 cuando Satoshi Nakamoto envió un mensaje a la lista de correo sobre criptografía de la web de metzdowd.com bajo el título Bitcoin P2P e-cash paper, en donde hacía referencia a un nuevo tipo de sistema de dinero electrónico que no se basaba en una relación de terceros, sino que era directa.
No pasó mucho tiempo hasta que el 3 de enero de 2009 el bitcoin finalmente entró en funcionamiento con un primer lote de 50 monedas llamadas como “el bloque de génesis” que fue minado por el propio Satoshi Nakamoto. Según registros, actualmente existen 19 millones de bitcoins en circulación, aunque la masa monetaria no deja de subir.
En 2013 esta criptomoneda, que no valía casi nada en sus inicios, alcanzó los 1.000 dólares y comenzó a captar la atención de las instituciones financieras. Meses más tarde, enfrentó su mayor crisis con el hackeo de la plataforma MtGox dirigida por Mark Karpelès, donde se intercambiaban hasta el 80% de las unidades en circulación, lo que ocasionó un desplome en su valor.
En los últimos meses de 2017 un nuevo repunte situó su valor en los 19,51 dólares. Hoy su precio ha superado hasta las 68.789.63 dólares, influenciado también por comentarios de personajes relevantes como Elon Musk, lo que la ha convertido en la criptomoneda más importante de estos tiempos.
A pesar del avance y alcance que ha tenido el bitcoin y otros activos digitales de gran talla como Ethereum, organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aún se muestran escépticos sobre los “pros” de este tipo de criptomonedas.
En contraste, hay otros que han mostrado gran interés en el bitcoin, como es el caso del gobierno de El Salvador, que el 9 de junio de 2021 se convirtió en el primer país en adaptar esta criptodivisa como moneda legal, pero no sólo ello, sino que el presidente Nayib Bukele también ha anunciado su intención de crear la primera Bitcoin City en Conchagua.
De igual forma, Honduras Próspera, una zona especial autónoma centroamericana lanzada en 2020 en la paradisíaca isla turística Roatán, ha optado por la adopción del bitcoin como moneda de curso legal pese a que las autoridades bancarias no garantizan las operaciones de ésta. En México y Portugal, también ha habido personajes de la política que han propuesto la legalización de esta divisa digital.
Precio del bitcoin
Mientras el debate se acalora cada día más sobre la conveniencia o no de su puesta en marcha, el bitcoin cotiza este 10 de mayo en 31,372.75 dólares, lo que supone una caída de -4.19% con respecto a las últimas 24 horas, así como una caída de -1.27% en la última hora.
En cuanto a su popularidad de mercado, ha mantenido el puesto número uno entre las criptomonedas. Bitcoin sentó las bases para el surgimiento de muchas de las altcoins existentes en el mercado y marcó un momento crucial para las soluciones de pago digital.
Qué es una criptomoneda
Una criptodivisa es un medio digital de intercambio que no existe físicamente y que usa un cifrado criptográfico para asegurar la integridad en sus operaciones, al tiempo que mantiene un control en la creación de sus nuevas unidades.
El bitcoin fue el primero en salir al mercado y luego le siguieron otras que igualmente han tenido gran relevancia como Litecoin, Ethereum, Iota, Tether, Cash, Ripple, Decentraland, incluso unas surgidas de memes como Dogecoin.
Las criptomonedas tienen diversos factores que las hacen únicas: el no estar reguladas por ninguna institución; no requerir de intermediarios en las transacciones; y casi siempre usar bloques contables (blockchain) para evitar que se creen nuevas criptomonedas de forma ilegal o las transacciones ya hechas sean modificadas.
Sin embargo, al no tener reguladores como un banco central o entidades similares se les señala de no ser confiables, de ser volátiles, propiciar fraudes, no tener un marco legal que respalde a sus usuarios (mineros), permitir la operación de actividades ilegales, entre otras más.
Aunque podría ser una paradoja, a su vez las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero difícil, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google.
Cómo adquirirlas
Para comprarlas e intercambiarlas se puede a través de portales especializados. Su valor varía en función de la oferta, de la demanda y del compromiso de los usuarios, por lo que puede cambiar más rápido que el dinero tradicional, pero mientras más gente esté interesada y quiera comprar determinada moneda, mayor será su valor.
No obstante, quien invierte en este tipo de activos digitales debe tener muy claro que esta forma trae consigo un elevado riesgo al capital, pues, así como puede haber un incremento, también puede tener inesperadamente un desplome y acabar con los ahorros de sus usuarios.
Para almacenarlas, los usuarios deben contar con un monedero digital o wallet, que en realidad es un software a través del cual es posible guardar, enviar y hacer transacciones de las criptomonedas. En realidad, este tipo de monederos sólo guarda las claves que marcan la propiedad y el derecho de una persona sobre cierta criptomoneda, por lo que estos códigos son los que en realidad se deben proteger.
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