Petróleos Mexicanos, la compañía petrolera más endeudada del mundo, vendió bonos para refinanciar al menos US$5.000 millones de su carga de deuda de más de US$100.000 millones.
Pemex, como se conoce a la compañía petrolera estatal, ofreció bonos sénior no asegurados en tres partes. Inicialmente, la productora había dicho a los inversionistas que estaba buscando entre US$5.000 millones y US$6.000 millones antes de lanzar el acuerdo por US$7.500 millones sobre la base de un libro de pedidos de US$37.000 millones, según personas con conocimiento de la transacción.
La porción más larga de la venta, con un vencimiento a 30 años, tendrá un rendimiento de 7,7% después de un precio inicial en las conversaciones de alrededor de 8%, según una persona familiarizada con el acuerdo que pidió no ser identificada porque los detalles son privados.
"Esta transacción se posiciona como la más grande en la historia de la compañía y es una de las mejores recibidas por el mercado", explicó Pemex en un comunicado de prensa.
La empresa mexicana consideró que la respuesta que ha tenido el mercado a esta operación es "clara: los inversionistas dan su confianza total a Pemex y a su estrategia operativa y de negocios".
Pemex busca atacar su carga de deuda en tres frentes. Una inyección de US$5.000 millones en efectivo del gobierno esta semana se utilizará para recomprar diez series de bonos con vencimiento en los próximos cuatro años, según un comunicado del jueves. El producto de la venta de bonos se utilizará para refinanciar deuda a corto plazo, y la compañía también espera lanzar una oferta de canje dirigida a notas denominadas en dólares con vencimientos entre 2022 y 2048.
"El uso del capital para administrar la línea de reinversión a corto plazo y los bonos de vencimiento a corto plazo es un movimiento inteligente que reduce las presiones financieras inmediatas sobre la empresa", asegura Andrew Stanners, director de inversiones de Aberdeen Standard Investments, que posee bonos de Pemex. "Es una buena noticia para Pemex".
Si bien los mercados han recibido con beneplácito el apoyo gubernamental de casi US$10.000 millones este año, incluida la infusión de capital de US$5.000 millones de esta semana, algunos observadores de Pemex y evaluadores de crédito dicen que no es suficiente. La compañía tiene una pesada carga fiscal y requiere decenas de miles de millones de dólares en inversión para revertir casi 15 años de caídas en la producción.
"La compañía necesita invertir más arriba sin afectar más su balance general para poder estabilizar sus calificaciones", afirma Lucas Aristizábal, analista de Fitch Ratings Inc., que en junio rebajó la empresa a basura. "La única forma de hacerlo es retener la generación de flujo de efectivo, pero si no quieren administrar el negocio de manera diferente, la calificación lo reflejará".
Una forma en que la calificación podría estabilizarse es si México reduce a la mitad las cuantiosas contribuciones fiscales de Pemex, señala Aristizábal. Fondos gubernamentales adicionales también podrían proporcionar algo de alivio. "Nuestra calificación incorpora el supuesto de que el gobierno intervendrá nuevamente de esta manera en caso de que vuelva a surgir la necesidad", agregó.
Con una deuda de US$104.400 millones, Pemex es la mayor prestataria entre todas las compañías petroleras. Fitch mantiene una perspectiva negativa en su calificación de basura, y Moody's Investors Service, que califica a Pemex un nivel por encima del alto rendimiento, rebajó su perspectiva de la compañía a negativa también en junio. Una preocupación importante es que la refinería Dos Bocas, un proyecto de US$8.000 millones que será administrado por Pemex, podría distraer a la compañía de su negocio principal de perforación.
Citigroup Inc., Goldman Sachs Group Inc., HSBC Holdings Plc, JPMorgan Chase & Co., Bank of America Corp., Credit Agricole SA y Mizuho Financial Group Inc. administraron la venta de bonos del jueves, según la persona.