Omar De Marchi: "Mauricio Macri no es personalista, ni baja línea. Es respetuoso, quizás demasiado"

El precandidato del PRO en Mendoza salió a desafiar al delfín de Alfredo Cornejo para las elecciones de gobernador, poniendo a Cambiemos en una tensión extrema. Infobae habló con él

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(Foto: Adrián Escandar)
(Foto: Adrián Escandar)

Nadie en el Gobierno creyó que el presidente del PRO mendocino, Omar De Marchi, iba a insistir en disputarle la candidatura a gobernador de Rodolfo Suárez, el delfín de Alfredo Cornejo para sucederlo. Pero el hombre se empecinó y hoy el presidente de la UCR no duda de que el mismísimo Presidente está involucrado personalmente en esa candidatura, para cuestionarle su liderazgo territorial. De Marchi, por supuesto, lo niega. Y el problema no es tanto que pierda, sino que gane. Arrancó con pocas posibilidades, pero el 40% del electorado que votará por Cambia Mendoza pondría su boleta. Por eso, el problema no es que pierda, lo que estaría en la lógica. ¿Qué pasa si sigue creciendo en las encuestas y, finalmente, el 9 de junio gana?

De Marchi, intendente de Luján de Cuyo, no es nuevo en la política. Tiene 53 años y fue concejal, diputado provincial y diputado nacional. Conoció a Macri en la Cámara de Diputados, con quien compartió bloque entre 2005 y 2007.  Cree que Mendoza necesita plantarse para recuperar liderazgo en el país. El mismo se plantó, negándose a negociar su deseo y jugando todas sus cartas a ganar la gobernación. Aquí el diálogo con Infobae.

– ¿Usted es la piedra en el zapato de Alfredo Cornejo? Él cree que Mauricio Macri lo puso en esa candidatura para molestarlo…

– No, no, tenemos una buena relación con Cornejo, pero a esta altura estamos convencidos de que queremos gobernar la provincia de Mendoza y no hay acuerdo de cúpulas ni línea más importante que ese desafío. Creemos tener la suficiente experiencia y fortaleza, sobre todo. No es cierto que Mauricio Macri influyó para que esto sucediera.

– Más bien me dijeron que usted ni quería llamar al Presidente para que no le dijera que no. Es mucha la gente que vino diciendo que su vocación es ser gobernador y que no iba a aceptar otra cosa que competir por esta postulación.

– La vocación mía es esa y la verdad es que creo que logramos transmitirlo, porque hoy todas las encuestas hablan de un final abierto, lo que para mí es muy bueno porque habla de que ya no alcanza con las estructuras políticas rentadas de los municipios para ganar las elecciones. Aunque quiero decir claramente que nosotros valoramos mucho el trabajo de Cornejo como gobernador, que puso orden en la provincia, incluso presupuestario. Hoy Mendoza está mejor en términos comparativos que el 2015. El próximo gobernador va a recibir una provincia mejor que la que recibió Cornejo. Pero considero que Mendoza necesita una dosis de potencia y entiendo que ese tiene que ser el desafío de los próximos cuatro años.

(Foto: Adrián Escandar)
(Foto: Adrián Escandar)

– ¿Por qué no encaró un acuerdo con Cornejo, compartiendo una fórmula Rodolfo Suárez, el candidato que él eligió para sucederlo?

– Yo estaba dispuesto a suscribir cualquier acuerdo si yo iba de candidato a gobernador. Alfredo pensaba que el candidato tenía que ser otro y ahí es cuando se produce esta divisoria de aguas, siempre con mucho respeto y en el marco de lo que comprende una elección PASO. Aquí no hay peleas.

– Sí, pero él pidió que no hubiera PASO. Incluso entiendo que había un acuerdo previo en Cambiemos para evitar las PASO en aquéllos distritos gobernados por el radicalismo o el PRO.

– La verdad que no lo sé, lo cierto es que no hay reelección en la provincia de Mendoza, una de las poquísimas donde no hay reelección. Por lo tanto, el 10 de diciembre, sí o sí, viene un nuevo gobernador a la provincia. Nunca hubo un gobernador que haya tenido dos mandatos, no solo por reelección porque  no se puede, sino que tampoco ninguno ha vuelto. Mendoza tuvo todos gobernadores distintos desde el 83 hasta la fecha. Hubo un camino interesante de la provincia, pero creo que hay que agregarle más potencia. Porque tenemos un enorme potencial de desarrollo hacia adelante y en lo personal me motiva para avanzar hacia adelante, y eso no es negociable. Yo podría haber sido reelecto intendente o diputado nacional, cuestiones que el entorno del gobernador transmitió públicamente. Lo que nos da volumen hoy, justamente, es que hemos persistido en el camino de lo que creemos que hay que hacer sin ceder en términos de acuerdos de cúpulas, y eso los vecinos lo están valorando.

– Efectivamente me dicen que sí, que está muy bien en las encuestas, lo que tiene muy nervioso a Cornejo. Y que cuando en la Casa Rosada le reclaman por sus palabras tan fuertes contra el Presidente y sus posibilidades de reelección, él contesta con esta situación local que tiene con el PRO.

– Que no es con el PRO. Son dos espacios que existen en Cambia Mendoza, que es el Cambiemos mendocino. Y en mi espacio hay radicales, hay sectores del justicialista también sumados, del Partido Demócrata y el PRO. No es el PRO contra la UCR. Los dos candidatos a gobernadores del espacio somos intendentes y, casualmente, uno preside el radicalismo y yo presido el PRO. En ambos espacios hay gente de todos los sectores. Creo que el nuestro es todavía más plural, porque hay cinco candidatos a intendentes que son radicales, por dar algún ejemplo.

– Tampoco le debe hacer mucha gracia eso a Cornejo. Pero hablemos de Mendoza. ¿Será que el secreto de su provincia es que no hay reelección? ¿Por eso tiene altos standards de respeto a la institucionalidad en relación a las demás provincias argentinas?

– Puede ser porque, evidentemente, esto obliga a estar repensando todo el tiempo la provincia. Me parece, de todos modos, que en algún tiempo próximo, Mendoza tiene que permitir una reelección a gobernador. Porque venimos perdiendo potencia hace muchos años. No sé si será ese el motivo, pero San Juan y San Luis tienen un PBI per cápita más alto que Mendoza. Hace meses, la provincia era la quinta economía de la Argentina, después de CABA, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Ahora es la sexta economía, porque Neuquén pasó al quinto lugar. Mendoza viene perdiendo volumen en el contexto regional y me parece que los mendocinos, con fama de una provincia pujante, ha ido cediendo terrenos y no dio muchas peleas. Vaca Muerta, por ejemplo, 40% es de Mendoza, tiene muy pocas inversiones, porque faltó una política consistente de atracción hidrocarburífera. Lo mismo sucedió con San Juan y San Luis, siempre a costa de Mendoza, a pesar de que somos la puerta del Pacífico, vía Chile. A Mendoza le faltó plantarse, y es lo que pretendemos recuperar. No estamos desarrollando ventajas competitivas y comparativas que nos hagan atractivos como destino de inversiones.

– ¿Cuál es su relación con el Presidente Macri?

– Es una relación de muchos años. La relación institucional la tiene con el Gobernador. Pero yo coincidí con Macri del 2005 al 2007 en la Cámara de Diputados, éramos solo 11 diputados y el bloque se llamaba Propuesta Federal y yo era el único no porteño ni bonaerense que justificaba el nombre (risas). Aparte de eso, mucho antes, cuando Mauricio pierde a manos de Ibarra en el 2003, ya iba a Mendoza y teníamos una relación de afecto, participaba en reuniones que le armábamos en su calidad de presidente de Boca.

– ¿Y por qué cree que falló en el último año?

– Porque creo que quien crea que después de una enfermedad grave como la que tenía Argentina esto se resolvía por arte de magia, estaba equivocado.

– Bueno, lo creía él.

– Yo creo que él no lo creía, por lo menos en mi interpretación. Era ese momento en el que si tenía un auto roto y necesitaba venderlo, no podía hablar de todos los defectos que tenía. Argentina necesitaba comprar confianza internacional, no podía decir que nuestro país era casi inviable. ¿Cómo te parabas para decir estamos hechos pelota, pero vengan a invertir que nos va a ir fenómeno? Por eso pienso que la ciudadanía valora muy especialmente la recuperación institucional que puso al país en un lugar de confianza que quizás nunca tuvo.

– Hoy las encuestas no le dan nada bien a Macri en Mendoza.

– Bueno, en realidad, no sé si le dan bien o no. No le dan todo lo bien que hace un tiempo atrás, pero creo que se valora mucho esa nueva situación institucional, no es solo la inflación lo que se evalúa. Ahora se ve a un ex vicepresidente preso, la ex presidenta en el banquillo, políticos, funcionarios, sindicalistas, empresarios presos. Eso forma parte del cambio, y eso creo que lo están poniendo en el radar.

(Foto: Adrián Escandar)
(Foto: Adrián Escandar)

– ¿Y cree que Macri va a poder recuperarse electoralmente?

– No tengo la menor duda, estoy absolutamente convencido de que va a seguir siendo el Presidente de los argentinos. Estamos a mitad del río en el medio de la fuerte correntada. Y seguimos hasta llegar a la costa o volvemos, y yo creo que la mayoría no quiere volver. No se construye el futuro con el pasado. Ni aquí, ni en ninguna parte del mundo. Mauricio Macri representa un liderazgo distinto al histórico que conocemos en la Argentina y que tan mal nos ha hecho. Argentina siempre estuvo sometida a personalismos que terminaron en frustraciones. Hoy estamos en presencia de un cambio cultural que excede a Macri y a Cristina. Me parece que la gente está diciendo "basta, seamos un país serio". Creo que es lo que le está tocando a Macri, o por lo menos es lo que quiero creer.

– ¿Cómo se vive su candidatura en el Gobierno nacional? ¿Lo llamaron? ¿Lo presionaron en algún sentido?

– No, no, jamás. Hablo con Marcos muy seguido y con Mauricio también. Y jamás me presionaron ni en un sentido ni en otro. Jamás me llamaron para decirme, "che, metele" o lo contrario. Tampoco me dijeron "bájate". Macri no es un personalista que baje línea o diga "o haces esto o salís del radar", es una persona muy respetuosa, tal vez demasiado respetuosa. Y yo soy muy vehemente también en mis objetivos, creo que se nota que no soy muy influenciable.

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