La comunicación que supone la autonomía automotriz entre cada uno de los vehículos en las calles mejoraría el flujo del tráfico en un 35 por ciento, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Cambridge. Además, esto impactaría positivamente en la vida de las personas, pues el estrés que provocan los congestionamientos viales también se vería reducida.
La investigación se realizó con base en una flotilla de coches miniatura programados para conducir en una pista con un par de carriles y a partir de eso, los responsables midieron cómo cambiaba el flujo del tráfico cuando uno de los autos se detenía a causa de, por ejemplo, una avería en la carretera.
El trabajo conjunto de los vehículos a través del uso de inteligencia artificial (IA) entre ellos es fundamental para que los que no están detenidos continúen en movimiento sin ninguna dificultad en lugar de apilarse, como sucedería en un caso habitual hoy en día.
De hecho, los resultados revelaron que la conducción autónoma mejora hasta un 45 por ciento el flujo de tránsito cuando se compara con una forma de conducción humana agresiva, la cual se caracteriza por no permitir la incorporación a otros carriles de los autos que quieren salir de un atascamiento.
Durante el congreso Fronteras de la IA 2018, en Sillicon Valley, el director del sector automotriz de Nvidia, Danny Shapiro, mencionó que las tecnológicas "toman muy en serio el desarrollo de los vehículos autónomos porque hay mucho en juego". El desarrollo de su IA no es algo simple, "no se trata de un motor de recomendación como el de Netflix".
Nicholas Hyldmar, uno de los autores del estudio y quien diseñó gran parte del hardware del experimento, considera que las compañías interesadas en el avance de sus propios coches autónomos deben considerar que sus softwares "necesitan comunicarse entre sí de forma efectiva".
Si bien las ventajas que este tipo de transporte podría traer a las ciudades son muchas, los expertos son escépticos respecto a que éstas se muestren de inmediato, ya que es necesario que los autos sin conductor representen entre el 50 y 75 por ciento de las máquinas en las carreteras.
Otro elemento a tomar en cuenta es que a pesar de que los coches autónomos trabajan a partir de los radares y sensores con los cuales pueden elaborar un mapa virtual de todo lo que les rodea: personas, animales, semáforos, señales de tránsito y calles, entre otras cosas, lo imprevisible del factor humano fuera del auto puede ocasionar accidentes.
Por su parte, el estudio fue presentado en la Conferencia Internacional sobre Robótica y Automatización en Montreal, Canadá, y además de que será una importante fuente de información para futuras investigaciones sobre el desarrollo de automóviles sin conductor, la universidad confirmó que investigará escenarios de conducción más complejos.